La huella del fuego este siglo: diez veces Madrid o 50 Burgos

David Alonso
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Castilla y León ha visto arder más de medio millón de hectáreas desde el año 2000, el cinco por ciento de toda la Comunidad, en los 40.000 fuegos declarados

Un bombero forestal lucha contra el fuego en la Sierra de la Culebra este fin de semana. - Foto: Europa Press

Las terribles imágenes que el desolador incendio forestal declarado en la Sierra de la Culebra (Zamora) han dejado durante los últimos días no son sino la continuación de una problemática que, verano tras verano, Castilla y León sufre de forma tristemente recurrente. El ya considerado como peor siniestro forestal de la historia de España ha servido para que la Comunidad supere el medio millón de hectáreas abrasadas por incendios en lo que va de siglo. 509.806 aproximadamente. Una cifra tan difícil de trasladar al imaginario ciudadano que la mejor forma es tirar de comparaciones familiares. En este caso, la superficie quemada en Castilla y León desde el año 2000 equivaldría a más de casi 10 veces la ciudad de Madrid (60.400 hectáreas), 25 veces la de Valladolid, o 50 las de Burgos o Palencia. Extrapolado al total autonómico, en solo veintidós años el fuego ha hecho suyo el cinco por ciento de toda Castilla y León, llevándose por delante un espacio equivalente a toda Cantabria o La Rioja, o que trasladado a campos de fútbol, supera el millón de rectángulos de juego calcinados. 

Y es que los 40.000 fuegos registrados en los últimos 22 años no han hecho más que extender una mancha negra por los montes y bosques autonómicos, segando a su paso flora y fauna cuya recuperación en ocasiones es imposible. Tal es el impacto del fuego en Castilla y León, que la Comunidad tiene el primero y el cuarto peor incendio de la historia de nuestro país desde que hay datos. El incendio de la Sierra de la Culebra ostenta desde ayer –la Junta cifró hasta el momento en 30.800 hectáreas las víctimas de las llamas– el reconocimiento de ser el más devastador, mientras que el de Navalacruz (Ávila) –22.000 hectáreas–, ocupa la cuarta posición.

La despoblación de las zonas más rurales  de la Comunidad y el continuo abandono de la ganadería extensiva están haciendo mella sobre unos bosques y montes por los que cada vez transita menos gente, quedando abandonados a su suerte. Antes, los animales de campo y los rebaños servían para limpiar la maleza de los bosques, y la necesidad de leña para calentarse en invierno también era otro eficaz recurso para evitar la propagación de incendios forestales. Ahora, cada vez son más las zonas arboladas que crecen sin control dejando caer sus hojas y ramas, sembrando el terreno de 'combustible' para que cuando salta la llama el desastre esté asegurado.

Lejos del peor año

Por el momento, las más de 35.000 hectáreas que han ardido en lo que va de año en Castilla y León hacen presagiar una cifra muy abultada a final del ejercicio, más aún teniendo en cuenta que la época en la que los incendios golpean con más fiereza no ha hecho más que comenzar.  De hecho, en medio año ya hay más superficie quemada que en dieciocho de los 21 años completos precedentes, aunque el record de este siglo, las 66.610 hectáreas de terreno que las llamas se tragaron en el año 2000 parecen ser una cifra inalcanzable por el momento.