Vitartis alerta de que el 82% del sector son microempresas

Ical
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Beatriz Escudero pide que se puedan aplicar ERTEs en aquellas empresas de alimentación que destinan un porcentaje importante de su producción al canal Horeca, cerrado por el decreto de alarma

Beatriz Escudero. - Foto: Ical

La asociación de la industria alimentaria de Castilla y León Vitartis reclama al Gobierno central que tenga en cuenta entre los criterios de las medidas destinadas a la crisis económica provocada por el covid-19 la “singularidad” del sector agroalimentario que, aunque está en funcionamiento por el “compromiso con la sociedad para producir alimentos”, cuenta con subsectores que han salido perjudicados, en un ámbito en el que el 82 por ciento son micropymes en Castilla y León, es decir, menos de 10 de trabajadores, y que además se encuentran principalmente en el medio rural.

Así lo explica a Ical la presidenta del colectivo, Beatriz Escudero, que recuerda que muchas firmas venden una parte muy importante de su producción directamente al canal Horeca, de restauración, que se encuentra cerrado desde el pasado sábado por el decreto de alarma. En este sentido, pide que este tipo de firmas, no recogidas en el decreto, puedan aplicar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), porque “de repente se han visto sin la posibilidad de ingresar, al estar sus compradores cerrados, y mientras tienen que seguir pagando a proveedores, empleados y otros gastos comunes”, como sucede con todas aquellas empresas que actualmente pueden acogerse a este tipo de expedientes y no pertenecen al sector alimentario.

Principalmente preocupan al respecto las bodegas y empresas cárnicas que trabajan con el canal hostelero, sobre todo aquellas que comercializan con lechazos y cochinillos, productos que en esta temporada se consumen mayoritariamente fuera de casa. Inquietud que se traslada directamente a la primera línea del eslabón de la cadena, los ganaderos.

Escudero, que destaca la “implicación y entrega” de todo el sector primario y las empresas de transformación; aplaude las medidas económicas del Gobierno puestas en marcha hasta ahora, que a su juicio “van en la buena dirección y son muy potentes”, pero la realidad, lamenta, es que “aún están sin instrumentalizar y los bancos aún no saben cómo se va a hacer y están tirando de líneas propias”. También agradece el apoyo de Iberaval, que se ha puesto a disposición del sector.

“Algunas de nuestras empresas venden un porcentaje muy importante a Horeca; se deberían poder acoger a un ERTE por fuerza mayor, que ahora no pueden, porque si no reducirán plantilla por otras vías”, advierte.

Algunos de los socios de Vitartis señalan que necesitarían contratar más gente para atender este pico de demanda en el sector provocado por esta crisis sanitaria, “pero no la encuentran y, además, no tienen tiempo de formarla”. Otras empresas requieren mano de obra para la recogida de producto de temporada. “Así que nos encontramos, por un lado, con firmas que tienen déficit de trabajadores y, por otro, aquellas que necesitarían un ERTE porque destinan su producto a restauración. Necesitaríamos coordinarlo”, asume.

En general, prácticamente la totalidad de empresas del sector están “rehaciendo su plan estratégico para este año y que tendrá incidencia en ejercicios posteriores”. “Esto es a largo plazo. Que nadie piense que cuando acabe el estado de alarma todo volverá a la normalidad. Después hay que recuperar. Muchos clientes dicen que no pueden pagarte, que ya te pagarán. Pero en cambio hay que atender a los proveedores. Habrá problemas de tesorería”, enumera Escudero, quien por este motivo insiste en una “implicación mayor” del Gobierno, “no solo declaraciones muy positivas, sino que singularice las medidas”. “Estamos muy preocupados. Es difícil gestionar esta preocupación y el compromiso con la sociedad. Cuando pedimos las cosas es por y con responsabilidad”, se sincera.

Colaboración de la cadena

Desde Vitartis se destaca la colaboración de toda la cadena para “poder abastecer suficientemente a los establecimientos”. “De verdad que es para que en Castilla y León nos sintamos orgullosos de las empresas y la cadena”, resalta.

En todo caso, recuerda que esta pandemia “ha pillado de sorpresa”. De momento “se prioriza la salud de los trabajadores con medidas de choque, de carácter higiénicas, separación de puestos de trabajo o facilitar teletrabajo a quienes se lo puedan permitir”.

Confiada en que esta crisis “cambiará la manera de cuidar la salud y socializar en España”, prosigue que el segundo punto relevante a tratar en el sector es “asegurar el futuro de las empresas con planes de urgencia”. “Somos conscientes del problema sanitario, pero somos un sector de primera necesidad, está claro que detrás de esta situación tenemos una crisis económica. No sabemos qué consecuencias va a tener ni cuando finalizará todo esto”. “Estamos expectantes de cómo afectará al modelo económico, la contratación o las relaciones laborales, pero también su impacto sobre la sostenibilidad y el entorno ambiental”.

Garantía de EPIs

La presidenta de Vitartis no esconde otra de las preocupaciones de los socios de la asociación. “En estos días hemos donado equipos de protección individual, mascarillas o guantes; pero hay que tener en cuenta que seguimos poniendo alimentos a disposición de la sociedad, y debemos hacerlo con la seguridad alimentaria". Por ello, a través de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) han trasladado sus necesidades en este sentido. “Necesitamos mínimas garantías”, reitera.

En este sentido, apela a la responsabilidad de los trabajadores para acceder a las plantas de producción, porque el decreto define “que pueden ir en vehículo, pero solo una persona por coche. Necesitamos que garanticen el transporte de nuestros proveedores; y son cosas todas ellas que muchas veces no son fáciles de aplicar en el sector”. De hecho, narra que algún socio ha manifestado sus dificultades para el transporte de animales vivos en territorio nacional e internacional.

Otra de las medidas del decreto es que el trabajador puede adaptar su jornada laboral por situaciones de conciliación laboral y familiar durante esta crisis, una política “que puede parar hasta la producción”, tal y como ha denunciado también la patronal española CEOE.

Por último, Escudero se refiere al daño que esta crisis está causando sobre las ventas al exterior que, aunque en algunos casos se están manteniendo, “en otros son también a Horeca”. Y luego están las que se estrenaban con proyectos de internacionalización “y el miedo las ha parado”.