Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


¿Cansancio climático?

02/12/2022

Hace unas semanas finalizaba la COP27, la 27 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Y lo hacía con un acuerdo para muchos histórico y para otros más que insuficiente, la creación al fin de un Fondo de pérdidas y daños para los países y comunidades más afectados que son además los que menos inciden en el propio cambio climático. Un acuerdo más que relevante pero que resulta sólo una acción paliativa frente a las necesarias acciones de transformación que se esperaban y deseaban para poder mantener el compromiso anterior de no superar el aumento de temperatura del planeta en 1,5ºC, pero que no fueron posible y este objetivo se ve ya inalcanzable.
Una de cada 7 personas ya ha sufrido las consecuencias del cambio climático en la última década. Y sólo durante las dos semanas de la Conferencia se produjeron 14 inundaciones en África,18 en América, 35 en Asia y Pacífico, 5 en Europa y 2 en países MENA, 4 tormentas tropicales, 10 países con incendios, y más de 185.000 desplazados en Etiopía. 
Si nos damos cuenta, en solo 4 años, las COP llegaban mediáticamente a nuestras vidas como ciudadanos. Justo por estas fechas en 2018 se descubría el 'fenómeno Greta Thunberg', con el la mayor parte de la ciudadanía empezó a conocer la realidad de la emergencia climática y a llenar nuestras conversaciones de palabras como COP, descarbonización y demás.
Cuatro intensísimos años, a los que hemos sumado numerosas situaciones con las que no contábamos como Humanidad; una pandemia, movimientos migratorios, incendios e inundaciones crecientes, y otras numerosas catástrofes naturales, junto con el conflicto de Ucrania. Pero el mayor desafío al que nos seguimos enfrentando es al cambio climático y sus consecuencias, sobre todo en las personas. 
En muy poco tiempo empieza a sentirse una sensación de estancamiento, cansancio mediático, desesperanza ante la falta de impacto positivo, y por todo ello se corre el riesgo de caer en el desinterés y la desidia, ¿qué está pasando?
Pasos sí se han dado, pero obviamente lejos de los necesarios y no a la velocidad deseada. Pensemos que, mientras que para los científicos es un tema con el que llevan alertando a los estados y organizaciones más de 3 décadas, para la ciudadanía y la mayor parte del tejido empresarial y social es un tema muy reciente sobre el que además se reciben mensajes apocalípticos continuos que estamos tratando de absorber a toda velocidad. 
Ya hay numerosos emprendedores y empresas creando nuevas soluciones medioambientales y regenerativas, como la agricultura fotovoltaica de manera pionera en Castilla y León (Valladolid y Burgos), ciudades que en el marco de la Unión Europea se han comprometido con la 'Misión 2030' a alcanzar la neutralidad climática en 2030. Han sido seleccionadas 100 ciudades de las que 7 son españolas; Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza.
También empresas grandes y pequeñas que ya establecen objetivos para reducir su impacto medioambiental, otras muchas dan un paso más e incorporan a su estrategia criterios de sostenibilidad ESG (Enviromental, Social y Governance - compromiso ambiental, social y de buen gobierno), una evolución de lo que ya surgía en el 2000 con la necesidad y responsabilidad de las empresas de impactar socialmente. Y poco a poco el movimiento de empresas BCorp; 4.400 en el mundo, 1.100 en España, 1 en Castilla y León, va calando poco a poco. Empresas comprometidas con la reducción de la desigualdad y pobreza, el cuidado del medio ambiente, el fortalecimiento de las comunidades y la creación de puestos de trabajo de alta calidad con dignidad y propósito. 
Pero todo esto no es suficiente y resulta limitado entrando en una fase de desaceleración y estancamiento real y emocional. Hasta que los grandes sectores y estados no lleven a cabo los verdaderos cambios de modelo estructurales no habrá avances significativos y el cambio climático y todas sus consecuencias seguirán su camino, con lo que tendremos que aprender a prepararnos y adaptarnos.
En nuestra mano sigue estando la decisión de si queremos seguir acelerándolo, pero sobre todo la decisión de en qué condiciones queremos vivir los próximos años, y para esto sí estamos a tiempo.