Jugar con la perspectiva es una idea agradecida en los videojuegos, como han demostrado en el pasado juegos como Echochrome, Monument Valley o el más reciente título español Etherborn. La capacidad para jugar con los ángulos de visión en un mundo interactivo ofrece a los desarrolladores unas posibilidades que sorprenden al jugador y le llevan a pensar de forma diferente a como percibimos la realidad. Un ejemplo es Superliminal, en el que los objetos y el escenario juegan con la perspectiva y distintos efectos ópticos y ofrecen al rotarlos un punto de vista diferente para ir resolviendo distintos puzles y avanzar por la historia que, por cierto, da la sensación de que queda poco desarrollada. Ha salido a la venta en PS4, Xbox One y Switch.