«El efecto Feijóo todavía no ha llegado a Valladolid»

D.V.
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José Antonio de Santiago-Juárez es de los políticos más veteranos de la Comunidad y dice abiertamente lo que piensa. Esta semana anunció que dejará la política en mayo, pero todavía tiene muchas cosas que decir, como demuestra en esta entrevista

José Antonio de Santiago-Juárez en la sede del PP municipal el día que anuncia su retirada - Foto: Jonathan Tajes

D ice que el anuncio de su retirada definitiva de la política no debería ser noticia, pero también está convencido que el ruido que ha generado se apagará en unos días. Proyectos no le faltan para la nueva etapa que comenzará en mayo. Uno, será impulsar el 'efecto Feijóo' en Valladolid y, otro, escribir un libro.

¿Cómo ve las reacciones a su anuncio de que deja la política en mayo?

De forma sosegada porque es una decisión tomada hacía tiempo. En septiembre de 2021 escribí al presidente del PP para decírselo. Entendí que en ese momento no había que hacerlo público por el bien del partido, al que yo debo mucho. Y hace dos meses, en una reunión del grupo municipal, también se lo dije. Me parecía que era el momento porque ya se acercan las elecciones. Y les ratifiqué que pase lo que pase, sea quién sea el candidato, no iba a seguir en la lista. Lo entendieron, y me extrañó que no hubiera ninguna filtración. Además, Pilar del Olmo, que sobre todo es amiga y muy amiga, ya lo sabía y conocía cuando lo iba a comunicar.

Pero finalmente saltó la noticia esta semana por un comentario suyo.

En una tertulia radiofónica, hablando de la Navidad, dije con absoluta normalidad que iba a ser el último año que la viviría como concejal. Y se montó un pequeño follón, pero yo lo vivo con normalidad.

Muchos no lo ven tan normal y hablan de una crisis en el partido.

No, no. Aquí pasaron varias cosas. Desde el minuto uno, antes de tomar posesión como ediles, la candidatura de Pilar del Olmo estuvo criticada por el PP. Esa es una realidad. ¿Por qué la vamos a negar? No es el momento de analizarlo, han pasado casi cuatro años, pero no gustó y algún miembro destacado del PP escribió que éramos casi desecho de tienta. 

Cuando no habíamos sido cesados ninguno, nos fuimos todos. Seguía el presidente Herrera, con el que estábamos muy a gusto, y ya se nos criticó. Unos sectores del PP que entendían que hubiera sido mejor candidato otro o que en las listas deberían estar otros. Dos días antes de tomar posesión, siendo todavía vicepresidente, en mi última rueda de prensa, dije que sería un orgullo dar el bastón de mando al alcalde de mi pueblo. Y otra vez me criticaron. Desde el minuto uno ha sido eso, permanente.

¿Por qué?

No he visto nada parecido nunca y llevo mucho tiempo en política. Se cuestionaba el liderazgo de Pilar y el equipo, se plantearon nombres desde hace dos años y medio. Todo está en las hemerotecas. Llevé muchos años la comunicación de la Junta, algo sé, y tengo amigos en los medios, que me trasladan que eran filtraciones e intoxicaciones del propio PP.

Esto se ha visto en otros partidos y  suele tener un coste electoral.

No. Aquí no hay que vivirlo como una crisis sino que, de repente, una señora que es de la ejecutiva nacional, designada nominativamente por el presidente, y otro señor, que soy yo, toman una decisión. Ella, que va a seguir en la política, pero no en la municipal, y en mi caso, la noticia sería que quisiera seguir, pero digo lo que no es noticia, que es que me voy, y se ha hecho noticia. Los dos trabajaremos hasta mayo con la misma intensidad para intentar que Óscar Puente no siga en la Alcaldía.

¿Incidirá en la valoración del trabajo del grupo municipal que haya tanto ruido de fondo? ¿Tendrá rendimiento para el futuro candidato?

Estoy seguro que sí lo tendrá. Se habla mucho de los candidatos, pero hay que analizarlo con perspectiva. Si miramos qué sucedió con el decano de los alcaldes de Castilla y León, Carlos Martínez, veremos que cuando se presentó pocos daban un duro por él. Pues ahí está como alcalde de Soria. Y lo mismo con el decano de los alcaldes de España: el de Málaga, que ha pasado por todos los partidos. No ganó las elecciones, fue Celia Villalobos; él estaba de segundo, y accedió a la Alcaldía cuando ella se fue de ministra. Y en Vigo, Abel Caballero, conocido por sus magníficos resultados, también obtuvo los peores del PSOE en Galicia cuando se presentó como candidato a la Xunta, lo que le llevó a retirarse de la política, aunque luego volvió y ganó.

¿Quiere decir que realmente no influye tanto quién sea candidato?

Lo del candidato vamos a ponerlo en cuarentena. Hay tiempo para que haya uno bueno, sí. Y se verá nuestro trabajo. Estoy muy satisfecho de haber trabajado en la oposición porque nunca lo había hecho. Quizás lo tenía que haber sido antes. En política es bueno conocerla desde la oposición, aunque es más difícil estar en el Gobierno, donde permanentemente tomas decisiones que van a repercutir en los ciudadanos. Yo he tenido la suerte, o la mala suerte, de haberlo conocido al final de mi etapa.

Pero volvamos a las repercusiones de su trabajo en la oposición.

El trabajo hecho tendrá resultado, lo digo sinceramente. El alcalde está en el momento político más débil de su carrera, desde el punto de vista orgánico y funcional. Alguien se cree que el secretario provincial del PSOE y alcalde de la capital se puede enterar por los medios de los PGE para Valladolid. Eso es que está en su momento más bajo. Y si lo sabía es un mentiroso, lo que es peor. Él mismo, en el Pleno, dijo ese mismo día que el Campus de la Justicia iba bien, pero por la tarde se demostró que le habían tomado el pelo. 

A nivel orgánico no pinta nada. Y al funcional, como alcalde, le van las cosas muy mal. Aquí estamos todos en la calle, su imagen está muy deteriorada. Ellos tienen una encuesta y no la enseñan porque les da muy malos resultados. Está en su momento político más débil. La gente no olvida y recuerda todo lo que ha pasado.

En ese escenario, cuando se nombre candidato, espera que tenga mejor suerte que ustedes. ¿Tiene que ser duro desembarcar sin experiencia municipal previa?

Dura por eso no, sino por lo que le he dicho. Yo había sido concejal de Gobierno. Pero puedo decir que a quién sea le vamos a ayudar. Y nuestro trabajo lo valorarán las urnas en mayo. No es el candidato sino el trabajo que el grupo municipal ha hecho en estos cuatro años. Y creo que el alcalde tiene los días contados. Nadie olvida los escándalos de todos los veranos, el follón de la movilidad, el desastre de las calles pintadas peatonales, los cambios en Auvasa para mal, … son muchas cosas. Eso ha calado en Valladolid y su imagen está muy deteriorada.

¿Y espera el reconocimiento de sus compañeros?

No, no, no. No quiero ningún reconocimiento. A estas alturas de mi vida no quiero más. La política es un buen escenario para manejar las frustraciones, una frase que es más de un psiquiatra que de un político. No se trata de reconocer nada porque uno tiene su trayectoria, su vida, su biografía, donde hay cosas buenas, regulares y malas. He hecho lo que era mi obligación. Nos pidieron que viniéramos a la lista, casi por favor. Tampoco daban un duro, decían que nos íbamos a ir a los cuatro meses. 

Y trabajamos por Valladolid y por intentar conseguir que el PP gobierne. ¿Quién? El que decida el partido, que seguro que decide bien, ellos son los responsables. Las urnas no se equivocan. Si dan este resultado es que el trabajo de los que estuvieron ahí era bueno. Con el presidente Herrera sacamos mayorías de hasta 53 procuradores. Las urnas no se equivocan. Eran los ciudadanos los que lo daban, por algo sería.

En ese sentido, si ustedes recogieron el trabajo del anterior grupo, ahora desde fuera parece que se está dilapidando el del actual.

Nooo. Creo que lo hemos hecho en el momento que había que hacerlo, y lo hemos hecho bien.

No es por su anuncio. Es por el ruido que se está generando esperando la decisión del partido. 

Pero el ruido dura dos días. El PSOE no gobierna en Madrid creo que desde 1989. No tienen candidato. Empezaron las primarias anteayer. Todos sabemos que va a ser la ministra. Y estamos hablando de la capital de España. ¿Alguien cree que el PSOE no quiere gobernar la capital? No. Esto dura dos días. Aquí hemos hecho bien. Y cuanto antes lo dijéramos mejor, porque si lo dejamos para tres días antes de saberse las listas, en abril, estaríamos haciéndoles un flaco favor. Así, vamos a seguir trabajando y vamos a estar aquí. Hace año y medio, cuando se lo dije al presidente del partido, hubiese parecido una crisis, pero ahora es el momento. Más tarde podría dar lugar a interpretaciones erróneas.

Las encuestas apuntan que para gobernar necesitarían un pacto con Vox. Usted es muy crítico con esta formación. ¿Cómo vería ese pacto?

Yo soy muy duro con Vox siempre. Esa decisión ya no la voy a tomar yo. Cuando uno se presenta a unas elecciones hay que salir a ganar y hacerlo por mayoría. Eso pasaba hace cuatro días en Andalucía y Juanma Moreno ganó por mayoría. El político que antes de unas elecciones habla de pactos alguna lección no ha aprendido, posiblemente la primera, y más cuando está en el Gobierno. Cuando llegue ese río veremos a ver cómo lo atraviesan, pero yo creo que se puede ganar por mayoría absoluta. 

La burbuja de Vox se está desinflando. Ha entrado en una crisis permanente. Lo tengo escrito en un artículo antes de las andaluzas. Y también advertía que deportarían a Macarena Olona, y así ha pasado. ¿Qué va a pasar con Vox? Creo que se seguirá desinflando y en Valladolid se puede ganar con mayoría absoluta. Puente no ha hecho nada en siete años, sigue hablando de León de la Riva en vez de hablar de su gestión. 

¿Qué opina de los nombres que se barajan como candidatos del PP?

No, de eso no quiero hablar. Estaría mal y haría daño al partido.

¿Tiene la espina clavada con las MIG, un proyecto que desarrolló en la Junta? ¿Las frenan los ayuntamientos o sus sucesores en la Junta no han creído en ellas?

No, no han creído. Es evidente. La ordenación del territorio la llevamos hasta el final y cuando solo faltaba el medio rural empezaron a poner pegas las diputaciones, fundamentalmente las del PP. Ahora el Tribunal de Cuentas insta a la Junta a que desarrolle ya el mapa. Creo que es el momento, aunque tenían que haberlo hecho antes y las frenaron cuando ya habíamos aprobado cuatro leyes. Lo teníamos todo, menos lo que pensé que sería lo más fácil y que fue lo complicado. Luego llegó el primer Gobierno de coalición y lo dejaron abandonado, y en este, creo que parecido. 

En el caso de la MIG de Valladolid, ¿el freno es culpa del Ayuntamiento de la capital o de los del alfoz?

Una vez constituida, es culpa del que la preside, que es el Ayuntamiento de Valladolid. No se han presentado a las dos últimas convocatorias que sacó la Junta para subvencionar a las MIG. Eso lo hemos denunciado y demuestra que no hay interés. 

¿Espera que la próxima candidatura recoja el testigo del soterramiento? ¿Tendrán apoyo de la Junta?

Creo que sí. El presidente Mañueco estuvo bien en la reunión con el presidente del Gobierno. Es fundamental para Valladolid. Y también se interpretó mal el discurso de Pilar en la toma de posesión. Ella aceptó el modelo de los que ganaron, pero advirtió que estaríamos atentos a lo que se hacía. A los dos años vimos que había solo un túnel que era más corto que el pasillo de mí casa y por eso dijimos que este modelo no funciona.

¿Han echado en falta el apoyo de consejeros de Valladolid, como Carnero, en esa reclamación?

No. No es el momento de hacer críticas. Hay que saber que lo que vale es el trabajo de cada uno. Conozco las dificultades de estar en el Gobierno. Aquí no se trata de culpar a nadie. El soterramiento no se ha hecho por cuestiones económicas, primero, y después por el pacto que llevó a Puente a la Alcaldía. Ahora hay dinero y se demuestra en muchas ciudades. Pero la integración no funciona. Y quien lidere la candidatura deberá apostar por el soterramiento.

Pero una imagen apoya mucho.

Lo importante es empezar a asumir cada uno su responsabilidad. Hay mucha manía de que la culpa es del otro. Eso lo aprendimos de niños, lo digo como psiquiatra.

En su etapa municipal ha apostado por su perfil en redes sociales. ¿Cuándo deje la política le dedicará más tiempo a esta faceta?

Me encantan las columnas que escribo y las redes sociales me divierten, aunque a veces son una especie de botellón con ginebra de garrafa, y eso me disgusta. Voy a seguir ahí. Es más, estoy escribiendo un libro sobre el laberinto de mi infancia durante los primeros diez años de mi vida.

Llevando la política en la sangre, ¿se podrá distanciar?

Pero llevo la psiquiatría también y he sido muy feliz ejerciéndola. De hecho, voy a la política porque Javier León, siendo consejero, me pide que vaya para impulsar la reforma psiquiátrica. Y le dije sí, pero dos años.

¿Han hablado recientemente?

No. Hace mucho que no hablo con él. A Javier León tampoco le gustó el equipo que formamos. Lo entiendo. En gustos y colores esto es así, cada uno tiene su opinión. A mí había cosas que me gustaban de él, y otras que no. La verdad es que la relación con el PP de Valladolid actual, en los últimos años, no ha sido buena. No han actuado correctamente con el equipo municipal. Es mí opinión. 

La llegada de Alberto Núñez Feijóo, al que conozco desde hace muchos años, al que tengo un respeto y cariño enorme, además de amistad, ha cambiado el partido, pero todavía no ha llegado el efecto Feijóo a Valladolid. Es normal que no haya llegado porque España es muy grande y no le ha dado tiempo. Se encontró un partido tocado cuando llegó y ha tenido que resolver congresos que estaban empantanados. Pero el efecto Feijóo llegará. A eso me voy a dedicar yo, pero al margen de la política, a informar. Voy a ayudar a que ese efecto llegue.

¿Hay barones que frenan?

No, no. Frenar a Alberto no es tan fácil. Es un señor con 60 años, que sabe lo que quiere y que lo está haciendo francamente bien. Y el efecto no ha llegado porque no le ha dado tiempo. Pero colaboraré de alguna manera a que el presidente Feijóo conozca la situación del partido en Valladolid.