Paco García aún ve margen de mejora en el UEMC Real Valladolid Baloncesto. Este jueves lo ha vuelto a decir en la previa del encuentro del sábado ante el Grupo Alega Cantabria CBT, en el que confía en la respuesta de la afición: "Queremos que el primer equipo de la ciudad sea el referente de la ciudad y de la provincia".
Para el técnico pucelano aún hay cosas que mejorar: "No sé cuando dejaré de decirlo, hemos perdido contra el primero, segundo y tercero de la liga, todos en su casa, y luego en dos plazas complicadas como Melilla, que juega muy bien, y Castellón, un señor equipo. Nos espera una parte final de primera vuelta en la que hay que sumar. No nos hemos caído de los primeros puestos desde el inicio. Verte arriba es muy bonito para todos y lo vemos en la afición. Estamos haciendo una importante labor social, sacamos al equipo fuera del pabellón".
Este sábado llega el Grupo Alega Cantabria CBT, un "recién ascendido, que está jugando muy buen baloncesto y con uno de esos entrenadores buenos de la liga. Tengo mucho respeto por David Mangas". Por eso, no duda en señalar que "tenemos que jugar bien si queremos ganar. No nos podemos despistar. Eso es trabajo y entrenador". "Juegan un muy buen baloncesto, están en zona media y, si nos ganan, se enganchan a los puestos de playoffs", añade.
Confiando en haber limpiado la cabeza tras la derrota en Castellón, Paco García reconoce que "no ha sido una semana fácil, me gusta que el jugador entienda que no se vive igual después de perder, que después de ganar. Independientemente del resultado final, de cómo se produce y del arbitraje, prefiero ser más autocrítico". Y sobre el arbitraje de ese día, reflexiona: "Me quedo con una frase de José Rojo Pacheta: 'Los árbitros no pagan por mis errores, pero yo sí pago por los suyos'. Los árbitros se equivocan, como yo y los jugadores, pero la factura hay que ver quién la paga. Y ha sido una grave. Hay que contar con el error humano, forma parte del juego, pero vamos a intentar entre todos ser un poco mejores para que no se produzcan. Veo el concepto de verticalidad como subir y bajar, y no veo que nadie se eche encima, sino que uno se echa debajo del otro. No hay revisión y ya está. Insisto en que tenemos que mejorar cosas también y me pongo en primera persona. Cuando los jugadores no aparecen, tiene que aparecer el entrenador y yo no estuve bien. Podría haber estado mejor, como el árbitro y muchos de mis jugadores".
No somos enemigos, queremos ser el primer equipo de la ciudad y que seamos el referente de todos"
Sobre el ambiente en las gradas, recuerda que "el otro día reunimos a casi 500 niños y niñas, lo cual nos sobrepasó, pero trajo una cosa muy buena. Había chándales de La Flecha, de La Salle, Jesuitinas, San Agustín… y eso es buenísimo. Me emociona ese arraigo que podemos empezar a tener y que podemos cultivar mejor. No somos enemigos, queremos ser el primer equipo de la ciudad y que seamos el referente de todos. Cuando ves esa variedad de colegios y clubs, es un motivo de orgullo y alegría. Espero que se traslade y que haya un muy buen ambiente".