Canción de autoras, poesía y lenguaje bimodal

M.B.
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Sandra García y María Ampudia son 'Binomio Nómada', formación que prepara para este 2023 un libro-disco con 12-13 canciones y 40 poemas

Sandra García y María Ampudia son 'Binomio Nómada'. - Foto: Jonathan Tajes

Binomio porque son dos. Y Nómada porque no paran nunca quietas. Pero Sandra García y María Ampudia son mucho más. Hace cinco años que caminan juntas en un proyecto que une la música con la poesía sobre un escenario. «Mucha gente nos dice, cuando nos viene a ver, que es algo original, pero no es algo nuevo. Ya lo hacía Sabina, aunque es verdad que no hay un nombre para ello», señalan.

Todo arrancó en 2017. María publicó, junto a su madre, Ana Wiya, un libro de poesía, 'Drago': «Lo quería mover y hablé con Sandra para ponerle música». Ambas se conocían de un grupo de poesía. Sandra había estudiado piano y guitarra, Musicología y había pasado por varias formaciones. Así que se subieron en Salamanca a un escenario por primera vez, aún sin su actual nombre, y aquello cuajó.

El proyecto fue creciendo. Empezaron con la guitarra y la voz de Sandra, y los poemas de María, para ir introduciendo poco a poco el lenguaje de signos; guitarra eléctrica o percusiones «sencillas». «Al principio estábamos en el escenario más separadas; ahora ya no, incluso componemos juntas», añaden.

En 2019 sacaron su primera maqueta, con el mismo nombre del grupo, 'Binomio Nómada', con cinco temas, uno de ellos de un directo en un microabierto de Palencia, otros dos de un DemoExpress y los otros dos en un programa de Madrid. «Tenemos material para una hora y media, pero nos adaptamos en función de dónde toquemos», añaden. Y ese material se plasmará este 2023 en su primer libro-disco, bajo el nombre de 'Versos de mano', con 12-13 canciones y 40 poemas: «Estamos maquetando el libro y falta luego grabar».

Ya han tocado en casi toda Castilla y León (ante una abarrotada Plaza Mayor de Palencia un 8M), en Madrid, en Portugal y en Inglaterra: «En Londres en la calle». En bares, festivales, asociaciones... Y uno de sus fuertes es precisamente ése, el escenario, donde mezclan varias artes, con canciones y poemas, y ese lenguaje de signos que aprendió María en Palencia: «No lo signo todo ni todas las canciones pero sí una parte». 

Sus letras tienen una parte reivindicativa, de amor, desamor, libertad... «basado en la vida, en lo que pasa en la calle, con crítica si hace falta». Y, aunque no les gusta definir un estilo, se asemejan al de canción de autora, «y poesía. No hay un género como tal, es una mezcla».

Música, poesía, lenguaje bimodal, un toque de locura... y mucho más, como dicen ellas.