Sin autopsia ni declaración del detenido por el coronavirus

A.G.M.
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La Policía está a la espera de poder interrogar al presunto autor del asesinato de Santa Ana, debido a que es covid positivo y sigue en el Clínico. Los forenses también han retrasado la autopsia de la víctima porque también estaba contagiada

Detenido un hombre por apuñalar a su pareja en Santa Ana - Foto: Nacho Gallego (EFE)

La investigación policial del crimen de la urbanización Santa Ana está pendiente del coronavirus para seguir avanzando y poder trasladar las diligencias al Juzgado de Violencia sobre la Mujer. El hecho de que tanto el agresor como la víctima estuvieran contagiados está ralentizando un proceso que, en condiciones normales, suele ir más rápido.

El Instituto de Medicina Legal no ha efectuado todavía la autopsia al cadáver de África C.B., motivado por ese covid positivo de la mujer asesinada, de 55 años, tal como explican fuentes cercanas al caso. Las recomendaciones sanitarias obligan a efectuar test a los fallecidos para determinar las condiciones de la autopsia, en función de si siguen siendo positivos o ya han negativizado.

En el mismo sentido, estas fuentes detallan que algo parecido ocurre con la declaración de J.J.C.F., el presunto autor del crimen. Fue ingresado en el Río Hortega tras su intento de autolesionarse después de acuchillar a su mujer y luego se le trasladó al Clínico porque es allí donde hay módulo penitenciario, y, en principio, al ser covid positivo, continúa allí aislado para evitar contagios, lo que ha impedido por ahora tomarle declaración.

CONFINADOS Y EN TRÁMITE DE SEPARACIÓN

Los primeros datos conocidos apuntan a un claro caso de violencia de género, aunque no había denuncias previas. El matrimonio estaba en trámites de separación, pero todavía convivían en el chalé de la calle Montreal junto a sus hijas de 18 y 16 años.

Además, se da la circunstancia de que toda la familia se encontraba confinada, después de que los padres hubieran dado positivo por covid-19.

MÁS DE 20 CUCHILLADAS

Los hechos ocurrieron sobre las cuatro y media de la tarde del lunes 21 de junio, cuando se encontraban en el número 37 de la calle Montreal los cuatro miembros de la familia. Fue una de las hijas la que alertó del brutal ataque al 1-1-2. Cuando las primeras patrullas de la Policía Nacional llegaron a la vivienda, se encontraron con África, de 55 años, cosida a cuchilladas, ya que las fuentes consultadas por El Día de Valladolid hablan de "más de 20 heridas" de arma blanca en la zona torácica. Fue evacuada en UVI Móvil al Clínico, pero no pudo superar las graves lesiones y moría cinco horas después. El marido, de 58, era detenido en el domicilio familiar después de intentar autolesionarse.