Un centenar de sanitarios refuerzan a Atención Primaria

A. G. Mozo
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Sacyl incorpora a 22 jubilados para tareas burocráticas mientras el turno vespertino cuenta con 73 voluntarios. A la sobrecarga asistencial (aún hay casi 35.000 casos activos) se unen 219 bajas por positivos de sanitarios en los últimos dos meses

Un sanitario conversa con una paciente a las puertas del centro de salud de Laguna de Duero. - Foto: J. Tajes

El epicentro del último terremoto provocado por la pandemia del SARS-CoV-2 está en los centros de salud. La vacunación ha logrado minimizar el impacto de la sexta ola sobre los hospitales, obligando aun así a reactivar áreas de UCI extendida y a reabrir plantas covid, pero nada comparado a lo vivido solo unos meses atrás. Ahora, el gran problema está siendo la enorme capacidad de contagio mostrada por la variante Ómicron, lo que ha disparado las cifras de positivos y ha puesto contra las cuerdas a los equipos de atención primaria, que, eso sí, se han visto desbordados más por la burocracia de las bajas laborales que por la gravedad de un virus que, por lo general, cursa de un modo mucho más leve.

La tormenta ya va amainando, pero los centros de salud todavía tienen bajo su radar esta semana a más pacientes covid que hace siete días. La ola va perdiendo fuerza, las infecciones van bajando, pero los números todavía son muy gruesos y el último dato hecho público por la Consejería de Sanidad habla de cerca de 35.000 casos activos en Atención Primaria, aún tres mil más que hace una semana y el doble que hace un mes. La incidencia ya está en descenso –el miércoles dejó atrás el umbral de los 4.000 puntos– y la carga asistencial para los médicos y enfermeros también, pero, aunque parece claro que lo peor ya pasó, continúan al límite.

Fue en diciembre cuando llegó una explosión de casos que nadie se imaginaba. En estos dos meses de sexta ola, Valladolid ha sumado prácticamente la mitad de los casi 140.000 contagios aglutinados en toda la pandemia y en Primaria la cosa se desbocó rápidamente, con colas para hacer test de antígenos y con miles de personas esperando una llamada, una baja...

«Los profesiones estábamos muy cansados y vimos cómo, de pronto y sin haber llegado a las vacaciones de navidad, estallaba la sexta ola. La sobrecarga sobre enfermería ha sido tremenda, porque además de haberse reactivado la vacunación en el Miguel Delibes, el trabajo de realización de test de antígenos ha sido una auténtica locura», según explica Silvia Sáez, presidenta del Colegio de Enfermería.

En el caso de los médicos, el gran problema ha sido la «sobrecarga burocrática», tal como reconoce el presidente del Colegio de Médicos, quien señala que «esta variante cursa con síntomas más leves», si bien José Luis Almudí coincide con Sáez Belloso en el hecho de que «los profesionales venían arrastrando una sobrecarga muy importante» a la que se han ido sumando las bajas laborales de los propio sanitarios provocadas por el coronavirus.

Durante los dos últimos meses, van 219 positivos de profesionales sanitarios en Atención Primaria y más de 1.200 en todos los servicios de Sacyl en Valladolid; de todos esos casos, 804 se han concentrado en este mes de enero, un dato que también contribuye a complicar el día a día.

50 AL DÍA

En el caso de los centros de salud, la sobrecarga asistencial alcanzó su pico máximo durante los últimos días de diciembre y primeros de enero. Entonces, cada médico de las zonas urbanas veía unos  75 pacientes al día, cuando antes de la pandemia la cosa se movía en la franja de los 35; en octubre, antes de la eclosión de la sexta ola, la cosa ya estaba algo por encima, en 40, y ahora todavía son unos 50. En los centros de salud rurales, las cifras son algo más bajas, pero también han llegado a asistir (presencial o telefónicamente) hasta a 60 en una jornada.

La situación era tan «crítica», tal como la define el propio Almudí, que la nueva Consejería de Sanidad post Verónica Casado decidió apostar por buscar unos refuerzos 'internos' para Atención Primaria. Por un lado, activó la opción de crear equipos de tarde voluntarios y remunerados con los que aliviar el atasco de las mañanas. Por otro, echó mano de profesionales ya jubilados –también voluntarios– para poder apoyar.

En el caso de Valladolid, esto se ha plasmado en un centenar de sanitarios de refuerzo para tratar de minimizar la sobrecarga que ha provocado la sexta ola en los centros de salud. En concreto, se trata de 73 (51 médicos y 22 enfermeros) para ese turno vespertino y 22 (17 y 5, respectivamente) profesionales jubilados que «están efectuando labores burocráticas, de partes de baja, seguimiento de positivos...», según detalla Almudí, quien cree que los jubilados «son una solución de urgencia y que cualquier ayuda es buena».

No lo tiene tan claro en el caso del turno voluntario de tarde: «Ese decreto no está bien desarrollado y debe adaptarse a la realidad. No es lo mismo en zona urbana que en zona rural, donde los datos de los municipios cabecera no tiene nada que ver con el resto y eso limita la posibilidad de llegar a las cifras marcadas. La opción de crear un turno voluntario remunerado era algo que ya apuntamos hace unos meses desde el Colegio de Médicos, pero bien desarrollado».

Silvia Sáez, por su parte, no lo comparte porque «se ha olvidado a los hospitales»: «Se tenía que haber incentivado a todos, como se hizo en la primera ola, y no solo a unos pocos». La presidenta del Colegio de Enfermería tampoco comparte la externalización de la realización de test de antígenos aprobada por la Consejería de Sanidad, ya que «ha generado desconcierto entre los profesionales» y lamenta, en igual sentido, que «se siga sin tener en cuenta a los profesionales a la hora de tomar decisiones».

CAMBIO DE MODELO

Almudí ve «urgente» un cambio en el modelo de Atención Primaria, algo que él cree que debería haber acelerado la pandemia: «Venimos hablando de una situación crítica durante los dos últimos años, a excepción de esos dos o tres primeros meses en que todo el aluvión fue para los hospitales. A partir de ahí ya se vio el problema estructural que hay, de carencia de profesionales. Todo el cambio de modelo se ha politizado y, en esas, nos hemos plantado en la sexta ola», lamenta el presidente del Colegio de Médicos.

Silvia Sáez cree que el problema principal es de falta de personal: «Somos lo que somos y se hace lo que se puede. El esfuerzo ha sido y está siendo muy grande entre todos los profesionales»

Los sanitarios reconocen haber llegado al límite a esta teórica fase final de la pandemia: «Las fuerzas están bastante regular. Hablamos de cansancio psicológico y también de desmotivación. Esto no es solo estrés laboral, sino que hay muchas personas a las que la pandemia les está afectando en el plano personal», tal como apunta la presidenta del Colegio de Enfermería, que puso en marcha un servicio de atención psicológica para los colegiados «que ha demostrado que era muy necesario».

En igual sentido, Almudí apunta que estos dos años de lucha contra la pandemia «afectan tanto física como emocionalmente, hay gente sobrepasada, profesionales con problemas de ansiedad... La gente está muy muy mal». El presidente del Colegio de Médicos incluye en la ecuación «las exigencias, a veces injustificadas, de los pacientes lo que también contribuye a tensionar más el ambiente y el día a día de unos profesionales sanitarios que ya van al límite».