La UVa busca comprador para su piso en Benidorm

M.Rodríguez
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El apartamento, de unos 60 metros cuadrados está en primera línea de playa en Benidorm. Tres interesados han contactado con la Universidad, aunque todavía no han formalizado ninguna oferta en firme

Edifico en el que está el apartamento que la UVa recibió en herencia

Piso en primera línea de playa de Poniente, en el edificio Acapulco en Benidorm, de unos 60 metros cuadrados se vende por 176.000 euros, precio a negociar. Este podría ser el anuncio promocional de la vivienda que heredó la Universidad de Valladolid en 2015. Una propiedad que se ha sacado dos veces a subasta, la última el pasado mes, pero en ninguna ocasión ha conseguido despertar el interés de posibles compradores. 

La opción que estudia ahora la UVa es la venta directa por una cantidad similar a la de la última subasta (176.918 euros), donde ya se rebajó el precio de salida el 25  por ciento que permite la ley sobre el fijado en la tasación oficial, que era de 235.891 euros. «Podríamos ir a una tercera subasta y rebajar el precio otro 25 por ciento, pero no nos interesa. La idea es venderlo directamente, y ya tenemos tres interesados», explica Elena Escudero, vicerrectora de Economía. 

De hecho, la institución universitaria todavía no tiene ninguna oferta en firme, pero tampoco tiene prisa por cerrar la operación porque se considera que ahora no es el mejor momento para vender un inmueble en la costa. «Junto al piso recibimos una cuenta bancaria, con una pequeña cuantía económica, que nos ha permitido poder pagar los gastos de mantenimiento y las reparaciones que han sido necesarias durante este tiempo», especifica.

La gestión de esta herencia procedente del Reino Unido no está siendo fácil, aunque es una propiedad importante para la economía de la Universidad. «El dinero de la venta se podrá dedicar a futuros proyectos de investigación y becas para nuestros estudiantes», reitera  Elena Escudero. 

Investigación.

Precisamente ese destino es el que motivó que parte de la herencia de un matrimonio británico acabara en el patrimonio de la UVa. «En el mundo anglosajón son muy habituales este tipo de donaciones, pero en España no, porque no hay una ley de mecenazgo que permita la desgravación y las haga interesantes», explica. 

Y esa era la voluntad del periodista Alfonso Guillén Medrano y de Diana Elisabeth Guillén, que aunque residían habitualmente en su país, pasaban largas temporadas en la costa mediterránea disfrutando del buen clima. El matrimonio legó todas sus propiedades en el Reino Unido a la diócesis de  Southwark, cercana a su domicilio familiar. Pero su abogada, la española María Doltón, consiguió que se modificara su testamento, algo que es posible en la legislación del Reino Unido, y que las propiedades en suelo español (el apartamento en Benidorm y una cuenta corriente) se destinaran a una institución dedicada a la investigación. 

Esta propuesta recibió el visto bueno de la diócesis y Dolton propuso que esa institución fuera la Universidad de Valladolid. «María Dolton estudió Derecho en Valladolid y esa vinculación fue determinante para que pudiéramos recibir el legado», reconoce la vicerrectora. 

Una situación similar se vivió cuando la UVa recibió otra herencia, en este caso un piso en la calle García Morato (ahora Hospital Militar), que se cedió a la Facultad de Ciencias. «El dinero de la venta les ha permitido desarrollar distintos proyectos», detalla la vicerrectora de Economía, que también puntualiza que en este caso había una relación «directa» con la institución. Algo que no sucede en el caso del piso de Benidorm. Eso sí, la única condición de esta herencia era que se pusiera una placa en recuerdo al matrimonio, algo que la Universidad ya ha hecho y está en el edificio Alfonso VIII.

patrimonio. La vicerrectora de Economía apunta que «no es habitual» este tipo de herencias, ni tampoco que la Universidad venda patrimonio. La mayoría de los inmuebles y parcelas de la Universidad se destinan al uso por parte de la comunidad universitaria. Aunque en un futuro próximo habrá que decidir el uso del inmueble que acogía la Escuela de Ingenieros Técnicos, en Huerta del Rey, pero no parece que pase por la venta.