«He ido a Extranjería para intentar traer personal de Cuba»

Óscar Fraile
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Javier Iglesias, del restaurante La Malquerida, dice no entender los problemas de contratación porque «las condiciones laborales han mejorado», y Palmira Soler, del 5 Gustos, se queja de la falta de actitud de algunos candidatos

Javier Iglesias es el responsable del restaurante La Malquerida. - Foto: J. Tajes

«Se han acostumbrado a no trabajar por la noche». «Todos te dicen que tienen experiencia, pero luego no lo demuestran». «Hay algunos a los que parece que sus padres les obligan a buscar trabajo, pero no tienen ningún interés». Estas son tres frases de otros tantos hosteleros de Valladolid que están teniendo muchos problemas para encontrar camareros, especialmente tras la pandemia. 

Uno de ellos es Javier Iglesias, responsable del restaurante La Malquerida, en la calle Alarcón. «Buscamos camareros, cocineros y también dependientes para una cafetería que tenemos en el paseo de Zorrilla», señala. Pero tan poca suerte ha tenido hasta ahora que este hostelero ha llegado a ir a Extranjería para consultar qué posibilidades hay de traer personal interesado en trabajar desde Cuba, puesto que su hermano tiene allí un negocio, aunque no tiene que ver con la hostelería. También lo ha intentado con México.

Iglesias no entiende estas dificultades teniendo en cuenta que, según él, las condiciones laborales han mejorado en los últimos años. «Puede que haya algún empresario explotador, pero, por lo general, ahora la gente está toda asegurada y tiene salarios dignos», sostiene.

Otro hostelera vallisoletana que está teniendo estos problemas es Palmira Soler, del restaurante 5 Gustos. «El mayor choque que yo veo es el del horario», señala. Y pone como ejemplo algunas malas experiencias que ha tenido con sus empleadas. «Hace dos semanas empezó una chica con el horario que ella misma buscaba, es decir, de 9.00 a 13.00 horas, de lunes a viernes, sin trabajar festivos, y el jueves por la tarde-noche me envió un whatsapp para decirme que tenía un ataque de ansiedad y que el viernes no podía venir a trabajar», explica.

Además, Soler se queja de que estos problemas se suman al de incremento de los costes para los negocios, incluido el de personal. «Ahora se ha firmado una subida de sueldos, algo que no entiendo, tal y como estamos, porque la materia prima también se ha encarecido», añade. Y pone cifras a esta realidad. «A mí la cesta de la compra me supone casi el doble de dinero que ante y, además, pago 600 euros más de luz, y si a eso se suma un incremento de sueldos... ¿a qué precio tengo que poner yo el ticket medio?», se pregunta.

Soler dice que ella no tiene problema en enseñar a alguien sin experiencia, pero con ganas. De hecho, lo está haciendo ahora con una joven, pero eso implica otro problema: «Tenía una cocinera que hizo las prácticas conmigo y le enseñé prácticamente todo lo que sabe, pero la semana pasada se fue porque ha encontrado un trabajo en el polígono de lunes a viernes haciendo menús».