Lope de Vega contra Calderón de la Barca

Jesús Anta
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Teatro Lope de Vega.

El 6 de diciembre de 1861 se inauguró el Teatro Lope de Vega, el primer teatro moderno del Valladolid del siglo XIX. Luego vendrían el Calderón de la Barca y el Zorrilla. Hasta el Lope de Vega, el teatro de referencia de la ciudad era el viejo Corral de Comedias, sito en la actual plaza de Martí y Monsó. Un teatro que nació en el siglo XVI y que mediado el XIX amenazaba ruina.

Valladolid corría, por tanto, el peligro de quedarse sin teatro de un momento a otro, pues las obras de mantenimiento del Corral de Comedias no terminaban de subsanar el deterioro de tan viejo edificio.

Aquella situación hizo que el empresario José León viera una oportunidad de negocio, y junto con su socio Saturnino Guerra, con su capital, con otros préstamos, y sobre todo con tesón, construyó el teatro Lope de Vega. Contrató al famoso arquitecto madrileño Jerónimo de la Gándara, que había construido el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y luego fue también arquitecto del Calderón de la Barca. 

Tras diversos avatares y adversidades, las obras del teatro comenzaron en abril de 1861, y el 6 de diciembre de ese año se inauguró. El Lope de Vega, construido a la italiana, fue espléndido en todos los sentidos: arquitectura, decoración, iluminación y una bella fachada fueron la admiración del público. «¡Ya tenemos teatro!», exclamó la ciudad.  

Varias piezas musicales y la representación de la obra de Lope 'El premio del buen hablar', así como unas palabras del admirado poeta Hatzenbuch contribuyeron a una inauguración de lujo. El público, puesto en pie, aplaudió a José León y al arquitecto de la Gándara, que tuvieron que salir al escenario a saludar. Todo prometía un futuro próspero para el nuevo teatro de Valladolid. Un teatro del que incluso la prensa y el mundo literario de Madrid se hizo eco.

El Lope de Vega no paró el proyecto que maduraba un grupo de empresarios para construir un gran teatro en el solar que ocupaba el viejo palacio de los Almirantes, frente a la iglesia de las Angustias. Querían algo más que un mero teatro, querían un edificio en el que hubiera, además, casino, café, biblioteca, salas de juego, salón de baile, etc. Es decir, unos servicios que dieran satisfacción a los gustos refinados de la nueva burguesía vallisoletana. En definitiva, lo que en 1864 resultó ser el Teatro Calderón de la Barca. Y constituyeron en 1861 una sociedad que pronto consiguió el capital suficiente para comenzar la construcción de su teatro.

Aquello puso muy nervioso al propietario del Lope de Vega, que comenzó a tomar iniciativas que condujeran a que fracasara la construcción de otro teatro en Valladolid: el suyo ya estaba abierto al público y, sin embargo, el grupo empresarial persistía en levantar otro. José León declaró a la prensa que aquello era una locura y, además, mandó tirar hojas volanderas por Valladolid descalificando a los dirigentes de la sociedad, y advertía a sus accionistas del riesgo de perder dinero, pues el nuevo teatro iba a fracasar dado que en realidad no era tanta la gente que iría al teatro a tenor de la baja venta de entradas en el propio Lope de Vega. Además, fundó varios periódicos de vida efímera con artículos que ponían en duda el éxito de aquella empresa.

Pero aquellas maniobras no pararon la construcción del futuro Calderón y el 28 de septiembre de 1864, con la obra 'El alcalde de Zalamea', de Calderón de la Barca, se inauguró el 'otro' teatro de Valladolid.