Los virus disparan la presión asistencial: 60 pacientes al día

A. G. Mozo
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Los médicos de familia de Valladolid capital atienden ya una media de 33 personas cada día, un 11% más que antes de la pandemia, pero con picos de casi el doble por la temprana expansión de los virus respiratorios invernales

Centro de salud de Laguna de Duero. - Foto: J. Tajes

El primer otoño pospandemia está poniendo de manifiesto todas las carencias que se venían advirtiendo en atención primaria y sobre las que el covid lanzó una especie de cortina de humo que ahora se ha esfumado para desenmascarar una serie de problemas en los que coinciden todos los agentes sanitarios. La presión asistencial sigue en aumento, la demora para obtener una cita también crece y los profesionales, desbordados y sin falta de relevo ni sustitutos, exigen un «cambio de modelo» que permita afrontar la carestía de médicos de familia y que les obliga a soportar agendas con hasta 60 pacientes al día.

Es el extremo, lo que se sufre en algunos centros de salud urbanos en días como los de este otoño de tempraneros virus respiratorios, pero no es ninguna hipérbole de una realidad que muestra que el paso de estos tres años, lejos de solucionar las cosas, no ha hecho otra cosa que empeorarlas. Así, la presión asistencial en medicina de familia se ha incrementado en un 11% desde 2019, una cifra que se va al 15% en el caso de pediatría.

Esta subida tiene su traslación a la demora que sufre el paciente, un factor que muestra su peor cara en semanas como estas, a pesar de la aparente contención del covid-19. Estos días, el tiempo de espera para obtener cita se llega a disparar hasta los ocho días con algún médico en centros de salud como Delicias, mientras que en pediatría se dan casos como el de Arroyo, un centro de salud en el que la demora se va a los seis días. Esto, con una semana en ciernes como la próxima, plagada de festivos, se traduce en que los primeros huecos no se abren hasta mediados de la semana del 12 de diciembre.

Dos días

Oficialmente, en Sacyl se cifra la demora media actual en Valladolid en 2,12 días en el caso de medicina de familia y en 2,44 en el de pediatría, según detallan desde la Consejería de Sanidad. El contraste a los retrasos que sufren en Delicias y Arroyo se encuentra en centros de salud como los de La Victoria y Parquesol en los que se puede lograr una cita en un plazo incluso inferior a esos dos días.

«Hasta hace poco más de cinco años, las citas se daban para el día siguiente a más tardar, no había la demora actual», recuerda Susana Simón, portavoz en Valladolid de la Plataforma por la Sanidad Pública, quien culpabiliza de los retrasos al hecho de que «los recortes cada vez se han hecho más extensos».

La demora actual en Valladolid no dista mucho de la del resto de Castilla y León, tal como desvelaba hace unos días el propio consejero de Sanidad, que ponía el acento en que el mayor problema se hallaba en los centros de salud urbanos: «Los datos que tenemos en cuanto a espera media son mejorables, pero no son tan malos», decía antes de admitir que «que hay ciertos cupos asistenciales en el mundo urbano que tienen periodos más altos, pero la media regional no llega a los tres días», señalaba Alejandro Vázquez, quien reconocía «aún así es alta y debe ser inferior a los dos días».

El consejero también abordaba posibles soluciones como la de abrir consultas por la tarde, «de un modo voluntario y totalmente incentivadas, para disminuir esa demanda en el mundo urbano», mientras que para el mundo rural, hablaba de intentar «adaptar las acumulaciones de pacientes de otra manera para que así puedan atenderse el resto de municipios donde hay dificultades».

En este sentido, el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí, opina que ese plan de refuerzo vespertino «es una medida para disminuir la lista de espera», algo «necesario en este momento puntual», pero que, a su juicio, sería «innecesario con una adecuada reorganización, con un cambio de modelo»: «Hace falta consenso. Los partidos políticos deben dejar de utilizar la sanidad como arma arrojadiza».

«La atención primaria tiene hoy los mismos problemas que antes de la pandemia con la diferencia de que hay una mayor repercusión mediática por todo lo ocurrido en Madrid, aunque muchos de los problemas no tengan nada que ver, por el tipo de modelo sanitario que tiene una comunidad y otra, ya que aquí tenemos la población mucho más dispersa», detallaba Almudí en declaraciones a este periódico. El presidente de los médicos cree que «este modelo es insostenible» y aboga por una «reordenación de los recursos» y acabar con los actuales «desequilibrios» entre unos centros de salud y otros.

La presión asistencial ha ido en aumento durante estos tres años de cortina de humo pandémica, si bien el mayor crecimiento se ha producido en el ámbito urbano, que son los centros de salud con mayor carga, los que sufren esos desequilibrios a los que alude José Luis Almudí. Así, según los datos de la Consejería, cada médico de Valladolid atiende una media de 33 pacientes, si bien esa cifra sube en el ámbito urbano, donde la ratio de va casi a 39 (38,56), que son cinco más que en 2019, cuando la media estaba en 34 (33,89). En cambio, en los centros de salud rurales, el repunte de estos tres años ha sido inferior, pasando de 26,54 a 28,87 pacientes por médico, de media.

Pediatría

La Consejería admite un aumento de la presión también en pediatría, si bien aquí se da una subida algo mayor en la zona rural (donde se ubican centros del alfoz, como Arroyo) que en la urbana. En concreto, en la provincia, cada pediatra atiende  de media a 24,02 niños al día, por los 20,61 de antes de la pandemia, mientras que en la capital, la subida es de tres niños más por médico, de 19,56 a 22,27.

Desde Apapcyl (la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Castilla y León), se alerta de que «en muchos centros de salud se está en la franja de 30-40 pacientes al día» y, pese a que ya sufren el repunte provocado por el adelantamiento de las bronquiolitis, aseguran que «aún van a venir picos peores en diciembre y enero».

Almudí critica esas jornadas con «hasta 50 y 60 pacientes» en el caso de medicina de familia, «por el repunte de los virus y el acúmulo de la agenda de otros compañeros cuando hay bajas o vacaciones», ya que no se producen sustituciones por la falta de médicos, lo que se traduce en que «no se puede dedicar al paciente el tiempo necesario».

Para la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Socalemfyc), hay un «claro problema de dinero» para conseguir retener a profesionales en medicina de familia: «Si se les incentiva adecuadamente, sí se van a tener los recursos humanos suficientes y, por ejemplo, se va a conseguir cubrir las zonas de difícil cobertura, por ejemplo».

En igual sentido, Susana Simón ve «evidente» que la solución tiene que pasar por «incrementar los recursos humanos y materiales» porque, según alerta, «la primaria está en riesgo de liquidación».

Por último, desde Apapcyl se alerta de «unas elevadas tasas de jubilación», un factor que se une «al grave problema de que las nuevas generaciones no eligen la primaria en parte porque saben que hay unas condiciones laborales que no son buenas y no son atractivas; un pediatra prefiere quedarse en el hospital con contrato de guardias que venir a la primaria», concluyen.