Francisco, el último paciente covid de la UCI del Clínico

Alfonso G. Mozo
-

66 años, labrador jubilado, de La Parrilla... Lleva 111 días en la UCI y «pronto» pasará a planta. El coronavirus le puso tan al límite en varias ocasiones que los médicos llegaron a decir a la familia que «podía fallecer en cualquier momento»

Francisco Miguel en su cama de la UCI del Hospital Clínico de Valladolid. - Foto: Equipo UCI HCUV

Francisco Miguel sonríe. Su hermana Lourdes, también. Están sentados frente a una de las ventanas de la UCI del Hospital Clínico, pasando la tarde. Solo eso. Pero están felices porque están juntos. 

Este labrador jubilado de 66 años está muy cerca de obrar una especie de milagro tras librar una dura batalla contra el coronavirus, que le puso contra las cuerdas en «varias» ocasiones. Está muy feliz porque se acerca el momento de pasar a planta tras 111 días en la UCI; también el día de volver a La Parrilla con sus hermanas. Saluda con ejemplar simpatía para unas fotos en las que trasmite sus ganas de vivir, de seguir adelante y dejar atrás a la covid-19. Y poco importa que sea una sofocante tarde de julio y que lleve cerca de cuatro meses metido entre esas vetustas paredes, rodeado de cables y aparatos.

«No sé dónde lo pude coger. Sé que a partir del día 16 de marzo, empecé a tener mucha fiebre, 40 grados todo el tiempo, y al ver que no se me pasaba, pues el médico de cabecera me mandó para el Clínico y me ingresaron», explica con esfuerzo después de semanas traqueotomizado y con multitud de complicaciones.

Francisco Miguel junto a una de sus dos hermanas, Lourdes.Francisco Miguel junto a una de sus dos hermanas, Lourdes. - Foto: Equipo UCI HCUVLlegó al hospital el 20 de marzo y cuatro días después pasó ya a la Unidad de Cuidados Intensivos. «Tenía una patología pulmonar previa. El día 24 ya baja a la UVI donde es intubado y conectado a ventilación mecánica, que debido a que se prolongó, en abril, se le efectuó una traqueotomía», según resume la jefa de la unidad, Elena Bustamante, a El Día de Valladolid. «En ese tiempo, aún con ventilación mecánica, él desarrolla diversas complicaciones como arritmias, infecciones nosocomiales y lo que se denomina polineuropatía del paciente crítico... Ya el 25 de junio se inicia el proceso para quitarle la traqueotomía, pasando primero a cánula de plata y después ya se le decanula», completa la doctora. Paco Pérez, su médico durante los primeros dos meses y medio en la unidad,  asevera que Francisco «ha estado cerca de morir en varias ocasiones»: «Una vez estuvo en fracaso multiorgánico y yo llegué a decir a la familia que podía fallecer en cualquier momento». Pero no.

111 DÍAS EN LA UCI

Porque todo lo ha ido superando. Lleva 111 días en la UCI  y, según el doctor Pérez, han sido «un paciente y una familia ejemplar». «¿Un milagro? En la UCI es por lo que trabajamos a diario. En medicina intensiva, los milagros se buscan, y él ha sido un luchador nato. Tiene gran parte del mérito de ese milagro».

También buscan el confort y la cercanía, la llamada humanización de espacios fríos y duros como las unidades de críticos. En el Clínico se preocupan por dar un paseo por la unidad al paciente y de llevarle hasta una ventana para que pueda asomarse y mantener un contacto con el exterior.

Una situación difícil de por sí que se complicó muchísimo más a cuenta de las restricciones que se impusieron durante la pandemia y que llevaron a prohibirse todas las visitas durante semanas para, a continuación, irse suavizando esas medidas. La familia de Francisco ha vivido en primera persona todo el proceso de ‘desescalada’ de la UCI del Clínico, desde la época de las llamadas telefónicas, a la de las videollamadas, hasta que, a finales de mayo, se empezaron a autorizar visitas: «Al principio solo podíamos tres o cuatro días a la semana, luego ha ido subiendo y ahora podemos ir a diario. Y esto es muy importante para nosotros», confiesa Lourdes, una de las hermanas del paciente, mientras se emociona.

«Fue una época muy dura, pero estamos agradecidos porque, pese a no poder estar allí con él, cada día nos llamaba el médico y nos daba información detallada de cómo iba», explica Lourdes, que recibía las noticias junto a María del Pilar, la otra hermana, con quien se pasó el confinamiento en su vivienda del municipio de La Parrilla. «Nosotros somos tres hermanos y vivimos juntos los tres. Cuando ingresaron a Francisco, nosotras tuvimos que hacer la cuarentena y lo pasamos muy mal hasta que el doctor Pérez empezó a hacernos alguna llamada para que, primero, le hablásemos a él y, luego, con las videollamadas; eso fue una cosa muy importante el poder verle y que él nos viese y se comunicase con nosotros. Por eso estamos tan agradecidos con todo el personal de UCI, que han estado muy atentos con él y que nos han tranquilizado a nosotras», insiste Lourdes. «Todos me están tratando fenomenal, los médicos, los enfermeros, los celadores... Están siendo como una familia», añade Francisco Miguel.

EL REENCUENTRO

A Lourdes se le entrecorta la voz al rememorar aquel 27 de mayo en que ya pudo reencontrarse con su hermano: «Fue un día de fiesta. Lo recuerdo como un día genial, maravilloso, estupendo... él estaba ya muy bien y muy animado». «En este mes y medio ya hemos visto el progreso, pero ya entonces nos parecía un mundo que nos hablase, aunque aún se le entendiese mal por culpa de la traqueotomía. Francisco va superándose cada día, con buen ánimo siempre, pero al principio lo hemos llevado con mucha tristeza y pena, porque no le podíamos ver, porque estuvo muy malo...», añade Lourdes.

«Estoy ya bastante mejor. Ya casi me levanto del sillón solo y me acuesto en la cama... bueno, con la ayuda de la fisio y del celador. Y me pongo de pie», pequeños grandes avances que Francisco relata con emoción. Dice que no recuerda «casi nada de los primeros 17 días», porque estuvo intubado y sedado: «Solo cuando llegué a la UCI». Fue tras cuatro días en planta y con un pronóstico nada halagüeño. La doctora Elena Bustamante, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (HCUV), explica que «Francisco ya está mucho mejor» y «se prevé que pase a planta en los próximos días», pero recuerda que «estuvo a punto de morir en varias ocasiones».

Francisco es el último paciente covid de la unidad, pero él, a pesar de llevar 111 días en la UCI, no tiene ninguna prisa por salir de allí ni del hospital, sino que asegura que prefiere que le manden a casa «cuando esté bien bien». ¿Y qué es lo primero que quiere hacer Francisco cuando tenga el alta y vuelva a su casa? Hace una pausa, duda unos segundos y escoge ocho palabras cargadas de sinceridad y sencillez: «No tengo ni idea... Estar con mi familia», confiesa desde la más absoluta humildad.

En la hoja de ruta de Francisco Miguel no se recogen grandes anhelos, fiestas ni reencuentros de película. Sabe que el coronavirus le estuvo a punto de ganar, que lleva más de cien días en la UCI, que la recuperación física y mental no va a ser fácil... Que lo suyo se parece mucho a un milagro médico y que este es un regalo que ahora tiene que disfrutar con ilusión.