La visita que ayer realizaron los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, a Viena, la capital austríaca, fue corta pero intensa, ya que tuvieron una apretada agenda en la que estuvieron acompañados por el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y que tuvo su culmen, precisamente, en la inauguración de la exposición Dalí y Freud. Una obsesión, en el Museo Belvedere de Viena. 

La muestra, que estará abierta hasta el 29 de mayo, reúne un centenar de objetos entre cuadros, fotografías, escritos, esculturas y películas, y versa sobre cómo influyeron las teorías del vienés Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, en el pintor surrealista Salvador Dalí.

Jaime Brihuega, comisario de la exposición y profesor emérito de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, guió a los Monarcas a través de la exposición.

Un total de 36 piezas originales del genio de Figueras, películas de Luis Buñuel, 15 obras de Federico García Lorca, dibujos histológicos de Santiago Ramón y Cajal y esbozos del propio Freud acercan a los visitantes de la muestra a la vida del creador español.

La exposición recorre la infancia del artista y su paso por la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde surgió su «obsesión» por Freud tras conocer el psicoanálisis.

«Hemos planteado la exposición como un viaje desde la infancia de Dalí, cuando surgen sus problemas y frustraciones, hasta su encuentro con Freud en 1938», explicó Brihuega. Gracias a la mediación del novelista austríaco Stefan Zweig y al poeta británico Edward James, Freud y Dalí se conocieron en persona en Londres en 1938, adonde el psicoanalista se había exiliado huyendo de la persecución nazi.

Con la exposición, que vincula a dos genios del siglo XX, uno austríaco y otro español, concluyó la visita de los Reyes a Austria, una cita que certificaba que las relaciones entre ambos países son excelentes. De hecho, Don Felipe y Doña Letizia fueron recibidos en Viena con honores militares en la Presidencia de Austria invitados por el jefe de Estado, el ecologista Alexander Van der Bellen.

Esta era la primera ocasión en la que los Monarcas españoles viajan como Reyes juntos al país centroeuropeo, aunque la Reina sí había estado antes en Viena, en octubre de 2014, en su primer viaje al extranjero en solitario, para la inauguración de una exposición sobre el pintor Diego de Velázquez.

Van der Bellen y su esposa, Doris Schmidauer, les dieron la bienvenida en el antiguo Palacio Imperial del Hofburg con honores militares, a lo que siguió almuerzo.

Después de que la guardia presidencial tocara los himnos de España y de Austria, los dos jefes de Estados y sus esposas acudieron a las instalaciones del Hofburg y, según la prensa local, los anfitriones ofrecieron a los Monarcas una típica tarta de chocolate Sacher con motivo del 54 cumpleaños de Felipe VI, que fue el pasado domingo.

Otro de los actos de la jornada que llevó a cabo la comitiva fue una ofrenda floral ante el Monumento contra la guerra y el fascismo.

Ese monumento está construido en granito, el material que tenían que extraer en jornadas de trabajo mortales los prisioneros del campo nazi de Mauthausen, a unos 160 kilómetros de Viena.

Don Felipe y el jefe del Estado austríaco rindieron honores a las víctimas del nazismo con dos coronas de flores con los colores de las banderas de España y Austria. De los alrededor de 15.000 españoles deportados a campos nazis durante la II Guerra Mundial, unos 7.000 acabaron en Mauthausen y dos tercios de ellos murieron en el conocido como «campo de los españoles».

Este nuevo homenaje se une al que los Reyes protagonizaron en enero de 2020 en el campo de exterminio de Auschwitz (hoy Polonia), en el 75 aniversario de su liberación, junto a otros jefes de Estado y de Gobierno.