El 'cambio' que tiñó Valladolid de rojo

M.Rodríguez
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Felipe González abrió la campaña electoral de 1982 con un mitin multitudinario en la explanada contigua al viejo Zorrilla. Los socialistas consiguieron uno de sus mejoresresultados en la provincia, donde ya gobernaban en la capital

ELECCIONES GENERALES

Los socialistas celebran este fin de semana el 40 aniversario de su victoria electoral en las generales de 1982, donde consiguieron 202 escaños de los 350 del Congreso de los Diputados, una mayoría absoluta que no se ha vuelto a repetir. La campaña «por el cambio» llevó a Felipe González a la Moncloa gracias a los 10 millones de votos (el 46%) que sumó en una jornada en la que votó casi el 80 por ciento del censo.

Valladolid fue la ciudad elegida, junto con Segovia, para el inicio de la campaña de esos comicios generales. El PSOE organizó un mitin con Felipe González y los candidatos a las Cortes Generales, encabezados por Gregorio Peces Barba, en la explanada junto al viejo Zorrilla, en los terrenos del actual Corte Inglés, donde se reunieron 10.000 seguidores. 

No era la primera vez que González acudía a la capital, donde ya había participado en actos electorales en las elecciones del 77 y 79, y donde tenía profundos vínculos personales y profesionales. Valladolid también había sido la primera de sus etapas camino al congreso de Suresnes (1974), donde fue elegido secretario general de los socialistas. Aunque en ese momento todavía se le conocía con el nombre clave de 'Isidoro', y su visita fue para asesorar como abogado a los trabajadores de FASA Renault, que estaban en ese momento en huelga.

En el mitin del 6 de octubre de 1982, apuntan la crónica de El Socialista, que González utilizó mayor énfasis que el que había empleado en el teatro Juan Bravo, donde el economicismo fue el grueso de su intervención. En aquellos momentos España era un país inmerso en una profunda crisis, y el candidato desgranó sus recetas para romper «el círculo infernal del desempleo». Jesús Quijano, exsecretario regional del PSOE, explica que el socialismo se generalizó en esas fechas como alternativa al desgaste de UCD y con una Alianza Popular que todavía no estaba organizada. «En una situación de crisis, confluyeron una serie de circunstancias que facilitaron el triunfo del PSOE, que se presentó como un partido sólido, pero no todos los votantes se convirtieron al socialismo», matiza. 

Jesús Quijano: En una situación de crisis, confluyeron una serie de circunstancias que facilitaron el triunfo del PSOE

En esas elecciones, entre los avances electorales más importantes para el PSOE, al margen de Andalucía, destacan los de Zaragoza ?(+24,8) y Valladolid (+21,1%). Quijano recalca que fue una de las provincias donde más voto se cosechó en Castilla y León, y que ayudó mucho la experiencia del gobierno municipal de Bolaños. «En el ambiente se veía que íbamos a ganar. Y Felipe representaba la personificación de las aspiraciones de avance del país», recuerda.

Ese fue también el pistoletazo del fenómeno del felipismo, que aún muchos militantes mantienen muy vivo. «Era un tipo muy cercano, muy entrañable y muy implicado en las cuestiones laborales», recuerda Carmen Zapata, militante del partido que le conoció y convivió con él y con su mujer, Carmen Romero, en la etapa de la clandestinidad en Sevilla. Zapata recuerda que González, desde el despacho de abogados en el que trabajaba, les ayudaba mucho en sus reclamaciones sindicales en Educación. Y apunta la sorpresa por el cambió de relación que supuso el Congreso de Suresnes, cuando su nuevo cargo ya no le permitía esa cercanía con los compañeros. 

Después ella se trasladó a Valladolid, donde asumió responsabilidades en UGT y después en el propio partido. «Eran momentos muy complicados, donde él asumió el liderazgo del partido y nos conectó con Europa gracias a su relación con personajes de la talla del primer ministro sueco Olof Palme o el líder alemán, Willy Brandt».

Carmen Zapata: «Era un tipo muy cercano, muy entrañable y muy implicado en las cuestiones laborales»

Esa experiencia también la vivió de cerca Prudencia Prieto, que tuvo cargos orgánicos y también fue trabajador del PSOE. «Eran momentos muy difíciles y complicados, pero nos ayudó la experiencia de las municipales», detalla. Lo que tiene grabado en la memoria es el «compromiso de la gente joven, que buscaba el cambio, y la mayor, que había sufrido la dictadura».

Prudencio Prieto: «Eran momentos muy difíciles y complicados, pero nos ayudó la experiencia de las municipales»

Entre esos jóvenes que asistieron a ese mitin estaba un chaval de 13 años llamado Óscar Puente, que en 2015 se convirtió en alcalde de Valladolid. Puente explica que el vivía en una casa «muy politizada» y donde Felipe González «era Dios». Y también tiene grabada la ilusión que se palpaba en el ambiente. «La gente quería un cambio general y, sobre todo, la modernización del país. Y González con aquella victoria histórica consiguió una transformación radical de España», concluye.

Óscar Puente: «González con aquella victoria histórica consiguió una transformación radical de España»

Parlamentarios. La lista del PSOE de Valladolid al Congreso volvió a estar encabezada por Gregorio Peces Barba, que inicialmente había decidido centrarse plenamente en la docencia en Madrid. Finalmente renovó el escaño de diputado por la provincia, una decisión que no estuvo exenta de alguna polémica interna. Un puesto que después, el 18 de noviembre de 1982, día de la constitución de las Cortes Generales, le llevó a ser elegido presidente de la Cámara baja. En el discurso que pronunció inmediatamente después manifestó que, como signo externo de neutralidad, no ejercería su derecho al voto en las sesiones de la cámara. Eso sí, Peces Barba compatibilizó este cargo con la docencia en la Universidad Complutense de Madrid.

En lista le acompañaban Antonio Pérez Solano, ya fallecido, y Juan Antonio Colino, que ocupaba el escaño por la provincia desde las primeras elecciones democráticas.  Colino recuerda con «inmensa» alegría por ese triunfo «histórico». El exparlamentario enmarca el cambio político en el sentimiento general de que el proyecto de la UCD «se había agotado» y entiende que eso propició que mucho de su voto derivara al PSOE, en busca de la «estabilidad».  

«Había mucha necesidad de cambio». Y eso lo enmarca también en el contexto de normalidad, después de cinco años del restablecimiento de la Democracia y tras haber superado un intento de golpe de Estado el año anterior. «Fue una alegría inmensa para muchos mayores que habían vivido en la clandestinidad y volvieron a sufrir el miedo de la regresión con el intento fallido de Tejero». Por eso recalca que el nuevo Gobierno tuvo que afrontar momentos complicados, en los que todavía había «ruido de sables», pero también luchar contra la lacra del terrorismo y romper el aislamiento internacional.

«La mayoría aplastante supuso que el PSOE pasaba a dirigir la política del país, lo que era una enorme responsabilidad porque no teníamos mucha experiencia de gestión», recuerda. Algo que sin embargo no ocurría en la capital, donde Tomás Rodríguez Bolaños llegó a la Alcaldía en 1979. «Eso supuso una labor intensísima de asentamiento del PSOE en la sociedad vallisoletana y por eso se consiguió ese resultado tan aplastante».

Juan Colino: «La mayoría aplastante supuso que el PSOE pasaba a dirigir la política del país, lo que era una enorme responsabilidad porque no teníamos mucha experiencia de gestión»

Este aniversario sirve para que este histórico socialista haga balance de lo que era la política en aquellos momentos y en lo que se ha convertido ahora. «La diferencia es que antes tenía un factor poético, no profesional, con espíritu altruista, y ahora es casi una profesión». Pero en esa evolución reivindica que la figura política de Felipe González debe estar «por encima» de cualquier discusión porque el «cambio» que logró en España «fue radical» y su gestión, asegura, queda ya para los libros de  Historia.