Pues sí, parece que al final sí va a haber Campus de la Justicia. No será mañana ni pasado, ni siquiera se moverá una piedra en todo 2023, pero el Ministerio ya ha firmado su primer compromiso con Valladolid en el que garantiza la puesta en servicio de un nuevo edificio que, en la práctica y contando con la cercanía de los actuales Palacio de Justicia y sede central de los Juzgados, convertirá el entorno San Pablo en una Ciudad de la Justicia.
Será el punto y final a un par de décadas de dispersión judicial, puesto que cuando en 1995 se estrenó el edificio judicial de Angustias, ya se había quedado pequeño. Empezaron entonces los parches, los alquileres, el puzle para encajar todas las piezas que necesitaba la Justicia vallisoletana... Hasta que Feliciano Trebolle, presidente de la Audiencia Provincial durante 16 años, alzó la voz en octubre de 2004, movió todas las fichas políticas habidas y por haber, y consiguió que en los primeros años de la década siguiente, el proyecto fuera convirtiéndose en realidad en una parcela del barrio Girón donde dicen que iban a empezar las obras en 2016 si no hubiera intervenido el entonces nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid para contener la fuga de sedes administrativas del centro. Esa obstinada apuesta por el viejo colegio El Salvador y el parking del antiguo Hospital Río Hortega se empieza a hacer ahora realidad, pero les ha llevado siete años y no habrá obras hasta 2024, con un plazo de finalización que se ha previsto para 2031.
Es lo que recoge el acuerdo rubricado esta semana con el Ministerio de Justicia después de unas semanas de gestiones tan fugaces que atufan a teatrillo. Esos irrisorios 200.000 euros de los Presupuestos Generales del Estado, el exagerado cabreo de Puente y sus amenazas, la delegada del Gobierno pidiendo paciencia y, finalmente, el alcalde animando a los agentes judiciales vallisoletanos a echarse a la calle un ratito un 2 de diciembre para que solo 18 días después, el Ministerio de su PSOE se plegase a las exigencias de la decimotercera capital de España.
¿Habemus Campus? Seguro que sí. Y eso será mérito de Puente, que ha sido el único capaz de hacer firmar un compromiso a los responsables ministeriales, pese a las dudas sobre qué obras serán esas rubricadas para 2024. Y aunque el tufo a teatrillo apeste a unas cuantas manzanas del Ayuntamiento.