El número de jóvenes parados en CyL marca su mínimo histórico

David Alonso
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Castilla y León registra menos de 10.000 desempleados menores de 25 años, tres mil menos que en 2019 pese a tener 4.000 activos más y anota la mayor ocupación desde el año 2011

Imagen de un joven trabajando en la terraza de un bar de la ciudad de Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

Nunca antes había tenido Castilla y León tan pocos parados menores de 25 años como en la actualidad. Los 8.758 contabilizados al cierre del mes de mayo suponen la cifra más baja de la serie histórica y revelan que la pandemia ha revolucionado el mercado de trabajo de un colectivo especialmente castigado en la Comunidad. Hay que remontarse hasta mayo del año 2007 para encontrar la segunda menor cuantía de jóvenes desempleados en la región, cuando se registraron 11.914, según los datos que maneja el Ministerio de Trabajo. Un descenso sin precedentes que se magnifica si se compara, ya no con los años de la pandemia, sino con el  2019. Y es que Castilla y León cerró el quinto mes del año con 3.200 parados menos que en el mismo periodo del 2019 teniendo cuatro mil parados más.

Esto supone que la tradicional vinculación del descenso en el número de parados de este colectivo con su emigración a otras comunidades no se ha producido. De hecho, al cierre del primer trimestre había 5.000 ocupados menores de 25 años más que en 2019, con casi 43.000, la cifra más alta desde el año 2011. No obstante, quedan muy lejos, y a tenor de las cifras resulta inalcanzable, los 86.000 jóvenes ocupados que tenía Castilla y León en marzo de 2008, justo antes de que el boom del ladrillo hiciera saltar por los aires la estructura económica mundial.

Realidad que se corrobora con la cifra de activos de este grupo de edad, que con 60.000 ve con añoranza los 105.000 que había en 2008. Así, y a pesar de tener una menor cifra de parados que en 2007, lo cierto es que el porcentaje de desempleados menores de 25 años sobre el total de activos es ahora más alto que entonces, con el 15 por ciento frente al 11,4 de hace tres lustros. En cualquier caso, lo cierto es que Castilla y León sale de la pandemia con más jóvenes ocupados, mayor número de activos y menos en las listas del paro.

Reforma laboral

«Siempre que hay un ciclo positivo dentro de la economía aumenta la población activa, porque aumentan las expectativas de encontrar un trabajo digno», resume la secretaria autonómica de Empleo y Migraciones de CCOO, Nieves Granados, que apunta a la reforma laboral aprobada por el Gobierno central como una de las causas que explican la mejora de los datos laborales de los jóvenes castellanos y leoneses. «Este Gobierno al que tanto tachan de comunista ha puesto en marcha medidas que están siendo eficaces como la reforma laboral, y su entrada en vigor de forma total el pasado 1 de abril se ha notado mucho», explica la sindicalista a este periódico. 

Igualmente señala a la 'ley rider', ya que, según ella, «había muchos jóvenes trabajando como falsos autónomos y desde entonces poco a poco se les ha ido contratando y regularizando su situación». En cualquier caso, demanda que a este colectivo, además de un trabajo digno, «necesita un mercado de  la vivienda que les permita emanciparse y crear un proyecto de vida, y que las empresas les faciliten una formación y especialización».
La presidente del Consejo de la Juventud de Castilla y León, Sandra Ámez, también suscribe la tesis de que la reforma laboral ha influido en la mejora de los datos de empleo de los menores de 25 años en la Comunidad. «Es cierto que sigue cayendo el empleo temporal y cada vez hay menos jóvenes con estos contratos, y esto se ve que la reforma laboral ha tenido que ver».

«No nos tenemos que conformar con cualquier cosa»

«Hay que romper con el estereotipo de que no queremos trabajar, lo que no queremos son esas condiciones. No nos tenemos que conformar con cualquier cosa», reconoce Ámez ante las críticas de algunos sectores sobre la falta de mano de obra, señalando especialmente al colectivo juvenil. Explica en este sentido que en Castilla y León «la primera experiencia laboral de los jóvenes suele ser la hostelería o el comercio, que es lo más accesible, pero la precariedad de estos dos sectores está haciendo que la gente se eche para atrás».