El aeropuerto, a la cola de inversiones en la red de Aena

Óscar Fraile
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El Ministerio de Transportes solo contempla actuaciones por valor de 790.000 euros hasta 2026, pese a que el gasto en todos los aeropuertos en ese periodo será de 2.250 millones

Torre de control del aeropuerto de Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

El aeropuerto de Valladolid, como los del resto de España, tiene por delante el reto de conseguir el mismo volumen de actividad que antes de la pandemia.  El margen de mejora todavía es amplio. En 2019, último año antes de la crisis sanitaria, Villanubla registró 249.224 pasajeros, que se desplomaron hasta los 71.848 en 2020, ejercicio marcado por la covid y por las restricciones de movilidad. El año pasado las cifras mejoraron, pero no excesivamente, al quedarse ese número en 102.543 viajeros. Y en el presente ejercicio, según los datos de Aena, entre enero y mayo han pasado por estas instalaciones 50.357 personas, la mitad que antes de la pandemia, pero siete veces más que en el mismo periodo del año pasado.

Pese a estas cifras, y a pesar de que la oferta lleva años estancada en la ruta de Barcelona como único destino regular, el Ministerio de Transportes confía en la recuperación. Al menos eso es lo que se desprende del Documento de Regulación Aeroportuaria 2022-2026 (DORA), aprobado a finales del año pasado, en el que se detalla la previsión de pasajeros en cada uno de los aeropuertos de España para ese periodo, así como las inversiones.

En este segundo caso, el de Valladolid será uno de los peores parados. El documento refleja que en ese quinquenio los aeropuertos españoles recibirán una inversión de unos 2.250 millones. Pues bien, de ese dinero, a Villanubla solo llegarán 790.000 euros para dos actuaciones muy concretas: renovación y mejora de los sistemas eléctricos y las denominadas inversiones «de apoyo y reposición». En general, Castilla y León será de las comunidades donde menos se invierta. A los 790.000 de Valladolid hay que añadir 1,9 millones en el aeropuerto de Burgos, 309.000 en el de León y 518.000 en el de Salamanca. En total, 3,5 millones que representan un 0,15 por ciento de la inversión total.

Las cifras de Valladolid contrastan con las de otros aeropuertos que tienen un volumen de pasajeros muy similar. Por ejemplo, en Pamplona, por el que solo pasaron 10.000 pasajeros más que en Valladolid el año pasado, se invertirán 4,5 millones. A Vitoria, unos 26.000 pasajeros más, se destinarán 12,9 millones, y en San Sebastián, con unos 53.000 pasajeros más, el gasto estará por encima de los 21 millones. 

La inversión prevista en Villanubla también contrasta con la del anterior quinquenio, recogida en la primera edición del documento DORA, que abarca los años 2017-2021. En esa ocasión fueron 7,42 millones para apoyo y mantenimiento y distintos aspectos relacionados con la seguridad. Poco antes de ese periodo Villanubla también se benefició de una inversión de nueve millones para renovar la pista de aterrizaje, aunque la más cuantiosa de los últimos años fue la de 13 millones para poner en marcha en 2007 el sistema de aproximación ILS II/III para operar en condiciones de baja visibilidad. 

El DORA 2022-2026 también recoge la previsión del tráfico aéreo en cada uno de los aeropuertos de la red de Aena. Si los pronósticos se cumplen, Villanubla rondará los 261.000 pasajeros en 2026, una cifra que representa un 154 por ciento más que  los 102.543 del año pasado. Pero eso está por ver en un panorama internacional tan cambiante. Es cierto que la progresión es buena, porque hasta mayo se han multiplicado por siete los pasajeros registrados en ese periodo del año pasado. En toda España el incremento de viajeros previsto para este periodo es del 50 por ciento hasta llegar a los 282,5 millones. En lo que se refiere a las operaciones, este año se prevé que sean  3.706 y que lleguen a 5.403 en 2026.

Unos incrementos que se fían a la previsible recuperación económica tras la pandemia y la crisis por la guerra de Ucrania y no a nuevas rutas, dado que Aena recuerda que su implantación corresponde a las aerolíneas, en función de la rentabilidad que puedan detectar. Y en los últimos años no parece que haya sido mucha.

La media de pasajeros diarios pasa de 1.400  a 281 en solo 14 años

La situación actual del aeropuerto no tiene nada que ver con la de hace 14 años. En 2007, en plena época de bonanza y poco antes de que empezara la crisis financiera mundial, Villanubla superó por primera vez el medio millón de pasajeros. La economía por entonces iba viento en popa y la oferta de la terminal vallisoletana incluía rutas internacionales. Pero el estallido de esa crisis supuso un punto de inflexión. En solo dos años esos 512.928 pasajeros se quedaron en 365.720, es decir, casi un 30 por ciento menos. Los dos años siguientes fueron de recuperación, hasta los 462.504 pasajeros, pero lo cierto es que solo fue un espejismo. En 2012 el tráfico volvió a caer como antesala de uno de los grandes golpes que sufrió el aeropuerto en los últimos años: la pérdida de los vuelos internacionales de Ryanair a Londres y Bruselas en marzo de 2013. Este descenso de la oferta hizo que ese año solo se registraran 260.285 viajeros. Y más o menos en ese nivel se movió el aeropuerto en los seis siguientes años, con Barcelona como única ruta regular y estable. La llegada de la crisis sanitaria en 2020 hizo que la actividad se desplomase hasta niveles desconocidos. Las restricciones a la movilidad dejaron el volumen de pasajeros en 71.848, es decir, menos de 200 al día, frente a los 1.400 de ese lejano 2007. Ahora el aeropuerto está inmerso en un proceso de recuperación, pese a amenazas latentes como la crisis por la guerra de Ucrania.