Austeridad para los nuevos tiempos

EFE
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Carlos III asume el trono con una hoja de ruta propia que pasa por reducir los miembros de la familia real con presencia pública y recortar gastos en sus finanzas en un escenario complicado

Austeridad para los nuevos tiempos - Foto: EFE/ Tolga Akmen

Aún no se conoce la fecha de la entronización, pero Carlos III ya es el nuevo rey y su tiempo bajo este cargo se presenta como una etapa en la que la monarquía británica avanzará hacia una mayor austeridad, reducirá el número de miembros de la familia real con tareas oficiales y ampliará el uso público de espacios de la Corona hasta ahora restringidos, como el palacio de Buckingham.

Cuando murió el príncipe Felipe, en abril de 2021, Carlos convocó una reunión con su primogénito, Guillermo, en la que ambos diseñaron el camino que debe seguir en las próximas décadas La Firma, nombre en clave con el que se suele designar a la institución que gestionan los Windsor.

Con la ascensión al trono del nuevo monarca se pondrá en marcha esa hoja de ruta, dirigida a modernizar una casa real comandada por Isabel II durante los últimos 70 años y con tendencia natural a mantener inalteradas sus costumbres durante siglos.

Carlos III, que ha esperado décadas para convertirse en soberano, preveía desde hace años restringir el número de personas que reciben fondos públicos para representar a la monarquía, desde las actuales 15 a un núcleo duro de siete miembros de la familia, en línea con otras casas reales europeas.

La decisión de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, de abandonar los compromisos oficiales y mudarse a Estados Unidos, y el escándalo sexual que apartó al príncipe Andrés de la vida pública le han obligado, sin embargo, a repensar sus planes.

Se espera que, por un lado, miembros con menos peso de la familia, como los condes de Wessex, Eduardo y Sofía, asuman algunas de las responsabilidades destinadas a los Sussex, pero también que los 3.000 eventos a los que asistían al año hasta ahora miembros de la realeza se reduzcan gradualmente.

El propio Carlos III, que como príncipe asistió en 2019, el año previo a la pandemia, a más de 500 actos, ha avanzado que se verá obligado a abandonar buena parte de los patronazgos e iniciativas con las que colabora.

La agenda del resto de los royals se parecerá cada vez más a la de Guillermo, que desde el principio optó por concentrar su actividad en las causas que consideraba más relevantes y en ese 2019 solo asistió a unos 200 actos, menos de la mitad que su padre.

Gestión del patrimonio

Las propiedades de la Corona que ha heredado el nuevo soberano incluyen grandes áreas del centro de Londres, el circuito de carreras ecuestres de Ascot y la mayoría del lecho marino que rodea la isla de Gran Bretaña. Con los beneficios de ese patrimonio, que en el año fiscal 2021-2022 generó 360 millones de euros, se sufragan los gastos oficiales de la realeza y el mantenimiento de palacios y propiedades.

El primer viso de sus intenciones se verá en la conocida con el sobrenombre de operación Orbe Dorado, la organización de su coronación, un evento que se pretende que sea menos ostentoso que la ceremonia de su madre en 1953.