Medina de Rioseco volverá a convertirse en la India Chica durante el próximo fin de semana. Los días 24 y 25 las calles de la Ciudad de los Almirantes podrán volver a retroceder en el tiempo para revivir una de las etapas de más resplandor de la localidad a la sombra del comercio del reino de Castilla con las indias. Se trató de uno de los momentos de mayor esplendor del municipio, con un continuo trasiego de envíos hacia el nuevo mundo. 

La calle Mayor riosecana, con sus centenarios soportales y engalanada con llamativos pendones y guirnaldas, regresará durante este fin de semana a los tiempos de los Enríquez y al esplendor de sus importantes ferias.

La vigésimo tercera edición del Mercado de la ‘India Chica’ volverá a concitar a miles de personas en su cita anual. Un amplio y variado programa de animación en las calles convivirá con casi un centenar de puestos, que mostrarán sus piezas realizadas en cuero, cerámica, cristal, lana, bronce, velas, bordados, libros antiguos, arte floral, calzado, forja, orfebrería, papel, plantas medicinales, etc.

Se trata solo de una muestra de lo que fue la Ciudad de los Almirantes y la importancia comercial que tuvo el municipio. Los miles de visitantes que todos los años se aproximan hasta la Calle Mayor para disfrutar de este mercado podrán comprobar la riqueza artesanal de los puestos que se congregan con motivo del mercado.   

La gastronomía tiene un especial protagonismo en este certamen con varias tabernas y cantinas en las que se podrán degustar deliciosas viandas de elaboración artesanal: quesos, repostería, licores, embutidos, frutos secos…

Los talleres artesanos tendrán especial protagonismo. A lo largo de las emblemáticas Calle y Plaza Mayor y entre sus soportales, el público presenciará varios talleres en vivo. Los visitantes podrán ser partícipes de las formas de trabajo de la época. 

AMBIENTE DE ÉPOCA

Duendes malabaristas, pasacalles con músicas de otros tiempos, monociclos, acróbatas, cuentacuentos, pompas de jabón gigantes, marionetas, zancudos, títeres, aquelarres, faquires, druidas del fuego y más de 50 puestos, con todo tipo de productos, y algunas tabernas, que ofrecerán un trago de vino con un trozo de sabrosas viandas de la tierra a los miles de visitantes. En definitiva, una forma de retroceder en el tiempo e imaginar las imponente ferias de Rioseco y su importancia comercial.