La vieja comisaría de Las Eras se convertirá en la nueva sede de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, que abandonará el inmueble de la calle Felipe II y se mudará a un edificio de nueva planta en este terreno del barrio de Huerta del Rey.

La idea llevaba más de un lustro sobre la mesa del Ministerio del Interior y, finalmente, ha logrado ya el visto bueno de Madrid para hacerla realidad en los próximos años. No hay plazos, eso sí, ya que los únicos fondos asegurados por el momento son los que llegarán para la demolición del vetusto centro policial de la calle La Trilla: 268.482 euros. El comienzo de las obras de derribo, según explican fuentes de la Policía Nacional a El Día de Valladolid, se prevé para el último trimestre de este mismo año, con un plazo de ejecución de tres meses.

Las Eras se levanta sobre una parcela de cerca de 5.000 metros cuadrados que acoge un edificio prácticamente vacío desde hace años y en estado de semiabandono. Únicamente queda operativa allí una oficina de denuncias, que solo funciona de lunes a viernes y con horario de mañana y tarde; unos despachos convertidos en sede de los sindicatos policiales; y también acoge a los agentes de la Unidad Especial de Guías Caninos (UEGC), mientras que los perros continúan en unos caniles prestados situados en Villanubla.

Actual sede de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, en Felipe II. - Foto: J. TajesLos sindicatos pondrán rumbo a Parquesol, la oficina de denuncias desaparecerá y todavía esta por definir la ubicación de la UEGC hasta que, a lo largo de 2023, se construya la nueva sede de los Guías Caninos, prevista en una parcela de la zona de El Peral, en Valladolid capital, en las inmediaciones del Camino Viejo de Simancas y la VA-30; una sede que, en el mejor de los casos, llegará con cuatro años de retraso.

SALIDAS DE LAS ERAS

El Grupo de Subsuelo ha sido el último en salir, cambiando ese viejo edificio de Huerta del Rey por el moderno de Parquesol (que se estrenó en marzo de 2011). El mismo camino que había tomado ya la VII UIP (los antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial). Hacia el barrio de Las Delicias, a la sede de la Comisaría Provincial en la calle Gerona, se mudó en mayo de 2009, la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y más tarde, el Taller.

También han ido saliendo equipos policiales de la sede de la Jefatura Superior de Castilla y León, donde apenas trabaja medio centenar de agentes y mandos de la estructura central regional, así como la Brigada de Información, que tiene su sede operativa en la calle Felipe II. En concreto, casi la mitad serían de Información y el resto, miembros del equipo del jefe superior, de régimen disciplinario, de servicios centrales, sanitarios, personal... En abril de 2009 se llevó a cabo la mudanza de la Brigada de Policía Científica a la Comisaría de Las Delicias, mismo destino que tuvo la Sala del 091, que se trasladó en el mes de junio de 2012 al que es el principal centro policial de Valladolid.

La comisaría de Las Delicias aglutina el grueso de efectivos de Valladolid, ya que hay destinados allí más de 500 agentes, por los casi 200 de Parquesol (una cifra en la que se incluye también el centenar de antidisturbios que casi pasan más tiempo fuera de la ciudad que en territorio vallisoletano), los 50 de Jefatura, la veintena que está en Las Eras (entre sindicalistas, los agentes de la oficina de denuncias y los de Guías Caninos) y la decena de funcionarios que trabajan en la oficina de DNI de la calle Fray Luis de Granada (junto a la plaza de San Pablo).

¿Y EL EDIFICIO DE FELIPE II?

La duda que surge tras la operación de derribo de Las Eras y posterior mudanza de Jefatura es el posible destino del edificio de Felipe II. Es un inmueble céntrico, de cuatro plantas, más garaje y sótano (con calabozos), en una zona en la que el Ayuntamiento –en época del PP, eso sí– llegó a planear una sede para el distrito V de la Policía Local (el que cubre el casco histórico de la ciudad).

El edificio tiene más de 55 años y necesitaría una severa reforma que está limitada por su ubicación entre otros edificios –entre ellos el Hospital Felipe II, de Recoletas– y que, además, sufre el problema del aparcamiento en esa zona, a pesar de que los vehículos oficiales de la Policía cuentan con varias plazas reservadas en la misma calle.