El sector no aguanta más

M.H. (SPC)
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A la competencia con las mieles que llegan de fuera y las deficiencias en el etiquetado se une ahora un informe que dice que el 46% de las muestras de producto importado analizadas son fraudulentas

El sector no aguanta más

Los apicultores están en pie de guerra. Las importaciones, el etiquetado y la escasez de ayudas son los principales problemas de un sector que reclama su sitio, pero que cada día lo tiene más complicado a pesar de su impagable papel en los ecosistemas y en la polinización de los cultivos. Los productores llevan semanas manifestándose en diferentes puntos de España, con la concentración del pasado 9 de marzo en Madrid como máximo exponente de su descontento; una protesta que ya estuvo programada hace tres años pero tuvo que suspenderse por la pandemia. En torno a un millar de apicultores se reunieron en la capital para hacer visible la situación crítica que atraviesa el sector y para reclamar al Gobierno la ayuda de 20 céntimos para carburante que recibe el resto de los sectores agrícolas y un etiquetado más claro.

Y la semana pasada se añadió leña al fuego con la publicación del informe 'From the Hives' ('Desde las Colmenas'), elaborado conjuntamente entre la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG SANTE (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea), en el que se presentan los resultados de un plan de controles llevado a cabo en frontera a cientos de importaciones de miel durante 2021 y 2022. COAG denuncia que las conclusiones del informe, en base a las técnicas analíticas empleadas en la investigación, son demoledoras: un 46% de las muestras analizadas fueron fraudulentas y un 66% de las empresas importadoras controladas tuvieron, al menos, un resultado positivo. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51% de importaciones con producto fraudulento y un 85% de empresas importadoras con algún positivo.

La organización lleva años haciendo un seguimiento exhaustivo del mercado de la miel y las importaciones realizadas por la industria española y europea, y advirtiendo de que el precio de determinados productos importados y comercializados en España es incompatible con su etiquetado como miel en el mercado. Y destacan que esta investigación de la Comisión viene a confirmar sus sospechas y advertencias: que «la presencia masiva de siropes y sucedáneos de miel llevan años distorsionando el mercado y presionando artificialmente los precios de la miel española a la baja».

El sector no aguanta másEl sector no aguanta más - Foto: PABLO LORENTE Pablo LorenteUPA también ha reaccionado ante la publicación del informe y ha exigido actuaciones urgentes a la Comisión Europea y a los Gobiernos para que pongan freno al fraude detectado. La organización detalla que el 74% de las muestras de miel chinas, el 93% de las turcas y el 100% de las británicas se consideraron «sospechosas» de contener jarabes de azúcar. Además hace referencia a las protestas de los productores en los últimos tiempos y asegura que el documento de la Comisión «ha potenciado las reclamaciones del sector para que se detenga esta tropelía con apicultores y consumidores».

El Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias europeo (COPA-COGECA) explica que, si prácticamente uno de cada dos productos melíferos que llegan a la Unión Europea está adulterado, quiere decir que el 20% de toda la miel que se consume en la UE lo está. «Para colmo, algunas de estas mieles falsas entran en la UE a un precio irrisorio de 1,5 euros el kilo desde un número relativamente pequeño de países. […] Estamos ante una auténtica catástrofe apícola en la Unión Europea», señala el organismo.

«Esta es una realidad inasumible para un sector que está apostando, cada vez más, por las producciones sostenibles y de calidad, así como por adaptarse a unos efectos del cambio climático devastadores para las abejas y para nuestra actividad», ha declarado Pedro Loscertales, responsable de sector apícola de COAG; «esperamos una reacción del Ministerio de Agricultura y de la Comisión Europea acorde a la gravedad de la información publicada».

Desde COAG reclaman a las administraciones públicas actuaciones para poner coto al «coladero» en el que se han convertido las fronteras: en primer lugar, validando rápidamente las técnicas analíticas utilizadas por la Comisión en esta investigación; posteriormente, aumentando los controles a las importaciones en los Puntos de Inspección Fronteriza; y creando un Centro Europeo de Referencia para la Miel que permita llevar a cabo las actuaciones necesarias para proteger del fraude a los consumidores y al sector apícola europeos.

Y ante la evidente oportunidad, COAG insta a que España aproveche la presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023 para liderar la puesta en marcha de todas estas medidas, así como una modificación de las normas de etiquetado que defienda los intereses del sector productor apícola y de los consumidores, tras la «decepción» que supuso la última modificación de la Norma de Calidad de la Miel española en 2020. Tras dicha modificación no se ha mejorado ni la situación del sector ni la transparencia en el etiquetado de origen de las mieles comercializadas en España, sino que se han seguido importando y vendiendo miles de toneladas de sucedáneos de miel en nuestros mercados, asegura la organización.

UPA, en la misma línea, insiste en que los apicultores exigen que en el etiquetado de las mezclas de miel se debe imponer la obligación de mencionar los respectivos países de origen, junto con el porcentaje que le corresponde a cada uno, en orden descendente. También creen que la Unión Europea debe actualizar los métodos oficiales a disposición de las autoridades de control nacionales para la detección de posibles fraudes en la miel, así como establecer un centro comunitario de referencia para asegurar la mejora continua de estos métodos. En tercer lugar, animan a los miembros comunitarios a reforzar los controles y comprobar sistemáticamente los lotes de miel importados, con garantías de trazabilidad de la colmena al tarro.

Tanto UPA como COAG aconsejan a los consumidores que confíen en las mieles de proximidad de origen español y con marcas de calidad que aporten garantías de trazabilidad. UPA las califica como «la mejor herramienta para no adquirir productos fraudulentos». Algo en lo que abundan desde COAG: «comprar directamente a los apicultores, o a través de canales cortos de comercialización, es la mejor garantía de autenticidad y calidad de la miel», según Loscertales.

Los envasadores.

Tanto desde La Asociación de Comerciantes y Envasadores de Miel (ASEMIEL-ANIMPA), como desde la Federación Europea de Comerciantes y Envasadores de Miel (FEEDM), entidad a la que pertenece ASEMIEL-ANIMPA, hacen hincapié, ante la publicación del documento de la Comisión, en que se realizan «grandes esfuerzos para mantener la calidad impecable de la miel y otros productos apícolas».

ASEMIEL-ANIMPA y FEEDM se posicionan totalmente en contra de cualquier práctica fraudulenta y acogen de forma satisfactoria toda acción que defienda la calidad del producto, como es el informe 'From the Hives', no solo con respecto a la miel extracomunitaria sino también a la producida dentro de las fronteras de la UE, todo con el fin de proteger completamente al consumidor en la compra de miel, independientemente de su origen.

Desde ASEMIEL-ANIMPA explican que antes de la publicación de 'From the Hives', FEEDM tuvo la oportunidad de celebrar una reunión con la Comisión Europea (DG SANTE y DG AGRI) y el JRC, y entablar un diálogo sobre acciones futuras. Sin embargo, con respecto a los resultados reflejados en el informe, destacan que hay que tener presente que muestran mieles «bajo sospecha, pero no confirmadas», por lo que demandan que los controles para garantizar la miel auténtica se realicen siempre con métodos oficiales, no únicamente validados y menos aún con métodos no acreditados.

Según la organización, el sector representado en ASEMIEL-ANIMPA y en FEEDM apoya cualquier mejora de los métodos analíticos que cumplan con los estándares científicos y ofrezcan resultados confiables y comparables para garantizar una miel auténtica. Y añaden que desde 2016 FEEDM trabaja en estrecha colaboración con su propio Grupo de Trabajo Técnico sobre la armonización de métodos analíticos para la autenticidad de la miel, ya que actualmente no hay una guía oficial disponible. Califican de «urgentemente necesario que la Comisión intensifique el proceso de armonización y definición de métodos analíticos adecuados para combatir la adulteración de la miel».

Respecto a la importación de mieles, ASEMIEL sostiene, con números oficiales del Ministerio, que para garantizar el suministro de miel (tanto dentro como fuera de nuestras fronteras) y una calidad homogénea (parámetros de frescura que exige la normativa) a lo largo de todo el año es necesario contar con fuentes de aprovisionamiento en los dos hemisferios. El suministro solo de miel española dificulta el mantenimiento de ciertos parámetros de calidad de una cosecha a otra, como por ejemplo el nivel de HMF, que es un indicador de la frescura de la miel, argumentan.

Añaden que es conveniente resaltar que la apicultura es un sector con buena salud en España que ha visto incrementado el número de colmenas en un 50% en los últimos cinco años. Aunque solo el 18% de los apicultores españoles son profesionales -aquellos con explotaciones de más de 150 colmenas-, concentran más del 80% del censo nacional. Según ASEMIEL, estos datos, junto con los de producción y de consumo, reflejan la importancia del sector apícola español, que se sitúa a la cabeza en el marco europeo.

Por lo que se refiere al etiquetado, la asociación apoya que exista una mayor información para los consumidores, «siempre que se respete la unidad de mercado». En cualquier caso explican que, a pesar de que la oferta al consumidor en el punto de venta es cada vez más amplia, pudiendo encontrarse en los lineales mieles que aluden al origen español e incluso mieles con esquemas europeos de Indicación Geográfica (DOP o IGP), esas mieles apenas representan una cuota de 10% del consumo, siendo el 90% restante para variedades de mieles de diferentes orígenes con precios más competitivos, pero siempre garantizando la calidad que establece la normativa vigente. Es decir, es el consumidor el que apuesta por el precio antes que por el origen.

 

Ayuda de cinco millones.

Las organizaciones profesionales agrarias (UPA, ASAJA y COAG) y Cooperativas Agro-alimentarias de España se reunieron a finales del año pasado con el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda, para trasladarle la gravísima situación que atraviesa el sector apícola, que está provocando la quiebra de muchos profesionales. Para solventar esta situación, las organizaciones solicitaron al Ministerio, entre otras cuestiones, habilitar de forma urgente una ayuda directa a los productores que ayudara a paliar las pérdidas que están teniendo que afrontar en los últimos tiempos, y sin la cual muchos apicultores profesionales se verán obligados a abandonar la actividad.

Tres meses después, Agricultura ha dado respuesta a esa demanda y la pasada semana, justo después de hacerse público el informe de la Comisión, el ministro Luis Planas avanzaba que el Gobierno dará una ayuda extraordinaria de cinco millones de euros al sector apícola. «Hago una llamada también a las comunidades autónomas donde el sector es importante para que puedan complementarlas e incrementar su importe», añadía Planas tras reconocer que «el sector apícola necesita un apoyo».