Las primeras alergias irrumpen a lomos de la lluvia y el calor

A. G. Mozo
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Los pólenes de ciprés, chopo y álamo se sitúan ya en nivel 'moderado', mientras que el de gramíneas y otras 16 especies empiezan a dar problemas. Los expertos apuntan que el calor es el factor que más favorece las alergias, a partir de 20 grados

Personas caminando junto a unos cipreses en Valladolid. - Foto: J. Tajes

La temporada de alergias arranca oficialmente este lunes de la mano de la primavera, pero la realidad es que los pólenes llevan ya un par de semanas circulando impulsados por el cóctel meteorológico registrado durante la primera mitad de marzo. Un mes que arrancó pasado por agua, con hasta cinco días consecutivos de lluvias, y que continuó con una prematura irrupción del calor, que llevó al mercurio vallisoletano a superar los 22 grados hace solo una semana; siete por encima de la media de los últimos treinta meses de marzo.

Esta concatenación climática ha hecho que se haya adelantado la irrupción de los primeros brotes de alergias ambientales. Así, los pólenes de ciprés, chopo, olmo y álamo se encuentran ya en nivel 'moderado' en Valladolid, mientras que los de gramíneas y otras 16 especies empiezan a dar también problemas a los sensibilizados, tal como se recoge en el último informe de la Consejería de Sanidad, con los datos de Racyl. Actualmente, el Registro Aerobiológico de Castilla y León cuenta  con 17 estaciones captadoras de polen en la región, que, además, se pretende ampliar, mediante la «instalación y validación de nuevos sistemas automáticos para la detección e identificación de polen», avanza la jefa de Alergología del Río Hortega.

Alicia Armentia recuerda que «todos los factores meteorológicos contribuyen, en mayor o menor medida» en esta situación, ya que «intervienen las lluvias, pero sobre todo la temperatura, el contenido de humedad del aire, la insolación, la precipitación y de forma muy importante el viento que disemina el polen y provoca agravamientos previos a las tormentas». «De todas esas variables, la temperatura es la que más influye en aumentar los niveles de granos de polen, sobre todo, a partir de 20 grados», acota esta experta.

En la primera mitad de marzo, aún en invierno, ya se ha superado esa franja térmica, lo que conduce a este prematuro arranque de una campaña alérgica que cada vez se extiende más en el tiempo, según advierte la doctora: «El aumento progresivo de las temperaturas ha hecho que las especies vegetales polinicen más y durante más tiempo, lo que está provocando que la alergia al polen pase de ser estacional a perenne».

El papel de la lluvia

Alicia Armentia explica, además, el papel que puede jugar la lluvia durante estas semanas: «El hecho de que se prevea una primavera lluviosa es un factor que, en principio, debe ser beneficioso al dificultar que el polen se disemine, pero a la larga puede contribuir a que haya una mayor floración de las especies. Por ello, no se pueden vincular a un único factor meteorológico los cambios que tienen lugar en las concentraciones de pólenes en el aire».

En todo caso, el bum alérgico aún está por llegar en Valladolid, puesto que «la especie que más reacciones genera en España son las gramíneas», si bien «en la zona seca continental, las primaveras son cada vez mas prolongadas, lo que provoca que la explosión floral de las gramíneas dure un mayor período de tiempo», detalla esta alergóloga.

La doctora Armentia advierte de que es un problema creciente, ya que, «según la OMS, para 2050, al menos una de cada dos personas sufrirá un trastorno alérgico en el mundo, como resultado de la progresiva contaminación del aire que se asocia con las emisiones de gases tóxicos, así como el cambio climático». 

«El polen en el aire y las alergias asociadas son temas esenciales en salud pública en la temporada de polinización, dada la repercusión clínica, la disminución en la calidad de vida y las bajas laborales, con las pérdidas económicas que estas provocan», enfatiza esta experta, que contrapone esta situación con el hecho de que el diagnóstico de la alergia a polen es un proceso tan rápido como económico, ya que «las pruebas cutáneas a 46 alérgenos no cuestan ni un euro y determinan como enfrentarse al tipo de polen que causa la clínica». «Evaluar el riesgo de alergia al polen en el aire es esencial para mejorar la salud pública y nuestra economía», añade la jefa de Alergología del HURH.

Desabastecimiento de Montelukast

La campaña de alergias de 2023 irrumpe con noticias sobre desabastecimiento de ciertos medicamentos con los que contrarrestar los síntomas, si bien la doctora Armentia tranquiliza a los pacientes y puntualiza que el único que genera problemas es el Montelukast, que «bloquea unas sustancias implicadas en el asma llamadas leucotrienos». «Este es un medicamento aprobado para disminuir los ataques de asma y el tratamiento a largo plazo del asma en adultos y niños mayores de un año. También está aprobado para prevenir el asma inducida por el ejercicio en pacientes mayores de 6 años desde hace mucho, incluso yo intervine en la investigación en fase 3 de este fármaco», confiesa la alergóloga.

«Sin embargo, para tranquilidad de los pacientes que sufren asma por polen, afortunadamente hay otra gran cantidad de principios activos eficaces y fármacos muy útiles en el tratamiento del asma por polen de los que no estamos desabastecidos», puntualiza la jefa del servicio en el Río Hortega, quien aprovecha para recordar que «la mejor medida terapeútica comienza con un buen diagnóstico realizado por una especialista en alergias que dirija el tratamiento y que dé información de que polen está afectando al paciente». «El único tratamiento que realmente puede curar esta alergia causada por el polen es la inmunoterapia específica dirigida al polen o a las moléculas del mismo», concluye.