El girasol y la colza tiran del cultivo industrial en 2022

SPC
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El aumento de siembra en cultivo industrial compensa la bajada en cereal, aunque la superficie total experimenta una caída de más de 12.000 hectáreas

Campo de girasoles, uno de los cultivos que más creció durante el año pasado. - Foto: Valentín Guisande

El girasol y la colza asumieron el pasado año la condición de elementos tractores del cultivo industrial en Castilla y León, con incrementos notables en la superficie de siembra en la Comunidad ante la bajada de la remolacha azucarera, que en 2022 perdió una de cada cuatro hectáreas con respecto al terreno cultivado el año anterior para quedarse por debajo de las 15.000 hectáreas.

Por el contrario, la guerra en Ucrania y la incertidumbre generada por la escasez y el consiguiente incremento del coste del gasóleo y los fertilizantes, especialmente relevante en el sector del cereal, unidas a la escasez de agua regulada y a las heladas que viraron el cultivo de la remolacha hacia el girasol, provocaron un giro que hizo que este último producto incrementara su superficie de siembra en más de un tercio.

En concreto, el terreno dedicado al cultivo de girasol aumentó el pasado año en Castilla y León en 96.352 hectáreas hasta alcanzar las 373.576, un 34,8% más que en 2021. No fue el único producto que vivió incrementos relevantes. Y es que la superficie dedicada a la colza en la Comunidad creció un 53,5% hasta alcanzar las 52.266 hectáreas, 18.211 más que en la anterior campaña.

Estos fuertes incrementos en la superficie dedicada a ambos productos llevaron a que el conjunto de cultivos industriales en Castilla y León creciera también casi un tercio con respecto a 2021. En concreto, el total de hectáreas alcanzadas en la Comunidad en 2022 a este tipo de cultivos ascendió a 447.566, 109.499 más que en la campaña precedente (+32,4%), pese a la mencionada bajada de casi 5.000 hectáreas en el cultivo de remolacha azucarera, un 25% menos que en 2021.

Como cooperativa receptora de los tres cultivos industriales, fuentes de Acor señalaron a Ical que el viraje emprendido el año pasado desde la remolacha al girasol se debió, principalmente, a que los agricultores encontraron en este producto un «cultivo refugio» ante la incertidumbre sobre el agua con la que se iba a contar para desarrollar la remolacha durante el verano y por las heladas que en abril, apenas un mes después de la siembra, sufrió este producto, lo que hizo cambiar el cultivo al girasol en vez de resembrar, como en otras ocasiones.

Reducción en cereal

El incremento de los cultivos industriales, de 109.499 hectáreas, junto al de las leguminosas, que también crecieron un 17,4% hasta las 18.703 hectáreas por el empuje en superficie de la veza (+7.199 hectáreas), los guisantes secos (+6.335), las lentejas (+3.083) y los garbanzos (+1.549), compensó la principal reducción en términos totales, aunque no relativos, que protagonizó en 2022 el cereal. Y es que este cultivo vio reducida su superficie en 66.599 hectáreas, un 3,2% menos del cultivado en 2021 debido, principalmente, a las reducciones de cebada y maíz.