Sinopsis oficial
La sociedad secreta Club Osiris recurre a Hellboy para acabar con unos gigantes que están sembrando el pánico en Inglaterra. Entre tanto se está fraguando un mal mayor en Londres: Nimue, La Reina de Sangre ha vuelto de entre los muertos con la intención de acabar con el mundo. La Agencia para la Investigación y Defensa Paranormal (AIDP) centra sus esfuerzos en evitarlo enviando a fulminar a la bruja a su mejor equipo: Hellboy, el veterano Ben Daimio y “la pequeña” Alice Monaghan . Pero los demonios también tienen sus demonios, y los de Hellboy le llevarán a preguntarse si ha de velar por lo humano o… unirse a los suyos y convertirse en el Rey del Infierno.
La crítica -
Por J.M.S.
El antihéroe “chico del infierno” regresa al cine en un “reboot” (reinicio) del comic en imágenes con nuevo director, Neil Marshall, y otro protagonista: David Harbour. Esta nueva aproximación puede agradar o no, pero es un producto más “genuino” del creador del personaje, Mike Mignola, que colaboró activamente en el guión de este film.
Una sociedad secreta, el club Osiris, requiere los servicios de Hellboy para acabar con unos gigantes que están sembrando el caos y la muerte en Inglaterra. Paralelamente, la temible bruja Nimue, la Reina de la sangre, está planeando su regreso al mundo de los vivos para también acabar con la raza humana. De tal forma que Hellboy, y otros miembros destacados de La Agencia para la Investigación y Defensa Paranormal, se convertirán en la última esperanza ante el apocalipsis.
Desde las primeras imágenes se vislumbra que estamos ante un relato oscuro, muy gore (sangriento), una especie de “revival” del cine fantástico de serie B, que tanto triunfó en los años 50 del pasado siglo XX. Un argumento que resulta una auténtica chifladura pero que tiene a su favor que juega “en esa división” y su exagerada violencia resulta tan “pasada de rosca” que provoca algo de sonrojo pero también carcajadas. En la misma se mezclan en el mismo cesto: nazis, gigantes de cuento, leyendas artúricas, brujería y mucha acción y enfrentamientos. Su bajo presupuesto se vislumbra en el apartado de los efectos visuales, que son algunas veces rudimentarios, como en el caso de la pelea de Hellboy con los gigantes que está mal resuelta en imágenes.
A pesar de ello, la película, quizás por el batiburrillo que ofrece, no resulta aburrida, siendo lo más destacado la presencia de un eficiente David Harbour (famoso por su participación en la serie Stranger Things) que está a la misma altura en su actuación que el original Hellboy, Ron Perlman.
Su director, Neil Marshall, es bastante conocido entre los seguidores de HBO por haber rodado capítulos de su serie estrella: Juego de Tronos.