Hacia qué abismo ético, social y político quieren conducirnos nuestros supuestos próceres con esta inconcebible escalada de agresividad e improperios?; ¿cómo esperan que reaccione la ciudadanía ante la avalancha de insultos mutuos y ese desgraciado «y tú más» que nos está agobiando y enfangando?; ¿les podemos creer si parece que no buscan hallar soluciones sino pensar solo en lo suyo?; viendo lo que estamos viendo, ¿hay alguna posibilidad de que acerquen posturas y miren, aunque únicamente sea un poquito, por el bien común? Soy pesimista. Y más después de lo escuchado y leído estos días. Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de la presidenta Ayuso, amenaza a un medio de comunicación con un elocuente (aunque él diga que solo fue un anuncio), «os vamos a triturar, vais a tener que cerrar». Casi a la vez, el ministro de Transportes, Óscar Puente, escribe, refiriéndose al novio de doña Isabel, que es «un testaferro con derecho a roce». Lamentable o algo más gordo. Lo que añade gravedad al caso es que ni desde el PP ni desde el PSOE han desautorizado a uno y a otro. Al menos de momento, ni un solo reproche, como dando por normal lo que, sin duda, es vomitivo, rechazable e, incluso, antidemocrático. Estos episodios dan idea aproximada de la degradación a la que ha llegado la política española. El problema es que creo que irán a más. Mejor no imaginarse el nivel que la bronca puede llegar a alcanzar con los próximos meses de precampaña, campaña y poscampaña con las elecciones en el País Vasco, Cataluña y Europa en el horizonte. Se me pone la carne de gallina solo con pensarlo. ¿De dónde van a sacar los denuestos, las acusaciones? Afortunadamente, se acerca la Semana Santa, tiempo de descanso, vacaciones y relax. También de devoción y procesiones. Podrían aprovecharlo nuestros barandas para reflexionar y para frenar la peligrosísima tendencia en la que ahora están instalados. No les vendría mal un tranquilo examen de conciencia, entonar el mea culpa y, como recomendaba el catecismo, propósito de la enmienda. ¿Serán capaces o tras el Domingo de Resurrección volverán a las andadas?