Las mujeres santas de Gregorio Fernández, más de cerca

D.V.
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La Parroquia de San Miguel y San Julián exhibe hasta finales de junio una exposición con los ocho bustos de las 'Santas Mujeres' de Gregorio Fernández

Exposición ‘Santas Mujeres’, obras de Gregorio Fernández, en la parroquia de San Miguel y San Julián de Valladolid con la colaboración de la Fundación Las Edades del Hombre. - Foto: Miriam Chacón / ICAL

La sacristía de la Parroquia de San Miguel y San Julián exhibe hasta el 30 de junio los bustos de las 'Santas Mujeres' del maestro Gregorio Fernández, máximo exponente de la escuela barroca castellana y fallecido en Valladolid en 1636. Se trata de ocho piezas que podrán observarse de cerca para disfrutar de cada uno de sus detalles, de martes a sábado de 11.15 a 13.30 horas y de 18.00 a 20.30 horas.

La muestra ha sido posible gracias a la colaboración de la Fundación Las Edades del Hombre, y busca reforzar el patrimonio religioso como un elemento de dinamización y mostrar su potencial como estímulo cultural. De la misma manera se persigue la promoción del turismo religioso como atracción, estableciendo puntos que puedan formar itinerarios patrimoniales de arte sacro en ciudades o que puedan ser un foco revitalizante en territorios demográficamente deprimidos, como sucede en muchas comarcas de Castilla y León. 

Los retablos que realizó Gregorio Fernández para el testero de la actual Iglesia de San Miguel y San Julián dedicados a San Francisco Javier y a San Ignacio de Loyola (con una estructura novedosa para la época, porque tomaron como modelo el grabado de Rainaldi para el Vaticano) muestran una rica iconografía en bustos de Santas Mujeres, en concreto ocho: Margarita, Inés, Catalina y Bárbara se encuentran en el retablo de San Ignacio, mientras que Apolonia, Cecilia, Águeda y Lucía están situadas en el retablo de San Francisco Javier. 

El 12 de marzo de 1522, el papa Gregorio XV canonizaba a San Ignacio y San Francisco Javier, pero ya unos años antes, en 1613, una escritura de concierto deja constancia de que Velázquez y Gregorio Fernández se comprometían a construir los dos retablos colaterales para la Iglesia de San Ignacio, figurando Fernández como escultor de los relicarios, es decir los que son objeto de esta exposición junto a otros.