El caso de Cogeces de Íscar fue el más grave, pero no el único en el que un conductor fue sorprendido ebrio. Otras ocho personas fueron imputadas por este motivo durante el último fin de semana, todos ellos como autores de un delito contra la seguridad vial, al ir al volante con tasas de alcohol de entre 0,68 y 1,11, todas ellas por encima de los 0,60 miligramos de alcohol en aire espirado que convierten esta infracción en un delito.

El primero del fin de semana se registró por la Policía Local en la calle Don Sancho. Ocurrió a las 20.45 horas del viernes, después de que se produjera un accidente de daños y el conductor de uno de los turismos diese 0,74 y 0,78.

Ya en la madrugada del viernes al sábado, también la Policía Local interceptó a un coche después de una infracción a las 2.50 horas; iba con 0,82 de alcohol. En horas de la mañana del sábado, a las 8.10 y las 8.15 horas, en dos controles en el entorno de Tordesillas -que estaba celebrando la concentración de Motauros- se sorprendió a otros dos conductores, uno de 46 años que dio 0,70 y otro de 36 que arrojó 0,80, cuando el máximo es de 0,25.

La más alta, en Valladolid. En cualquier caso, la alcoholemia más elevada del fin de semana se registró la tarde del sábado. Fue a las 18.00 horas y, después de que avisasen varios testigos de que iba conducción temerariamente, se le interceptó en Puente Colgante y cuadruplicó la tasa máxima: 1,11.

El listado de conductores ebrios se completa con el del accidente de daños que se produjo a las 8.10 horas del domingo en el número 50 del paseo de Zorrilla (dio 1,01) y los dos positivos que detectó esa misma madrugada la Guardia Civil, de nuevo en Tordesillas; a las 5.55 tras un accidente en la N-620, un hombre de 55 años que dio 0,80, y a las 9.10, un joven de 24 que dio 0,78 en un control.