Valladolid ha vuelto a centrar los focos de la gastronomía en miniatura durante la última semana. Lo lleva haciendo desde 2005, cuando el oscense Iván Vilanova Bardají se alzaba con el primer premio del I Concurso Nacional de Pinchos con una tapa denominada 'Rabo de ternasco de Huesca'. De aquello han pasado ya 19 ediciones. Esta última con 45 finalistas.
Para 2024 llegará el vigésimo aniversario y la dirección del concurso, encabezada por Luis Cepeda, tiene en su ideario reunir a los 19 ganadores desde ese 2005 para, entre otras cosas, ver la evolución de la gastronomía desde entonces. De momento es solo una idea, pero el equipo de gobierno ya ha recogido el guante. «Valladolid es la capital mundial de la alta cocina en miniatura y este certamen seguirá siendo una de las grandes apuesta del Ayuntamiento en el futuro», señaló este jueves la concejala de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, Blanca Jiménez. Un día antes el propio alcalde hablaba de esa posibilidad de que esos ganadores, entre los que están cinco vallisoletanos, se diesen cita en el concurso de 2024. Así que se espera por la ciudad al propio Iván (2005), al argentino Pablo Vicari (2006), al asturiano Rodrigo Roza (2007), al madrileño Carlos Valentí (2008), al vasco Diego Guerrero (2009), el madrileño Daniel Méndez (2011), el brasileño Neilton Marcelino (2012), el asturiano Pedro Martino (2013), el alavés Iñaki Rodrigo Rojas (2014), el extremeño Alberto Montes (2016), el donostiarra Igor Rodríguez (2017), el zaragozano Luis Antonio Carcas (2018), el burgalés Francisco Javier Ruiz (2019) y el hondureño Ariel Munguía.
De esta forma, esta semana se empezaron a poner las bases de esa vigésima edición, así como de la octava del Mundial. La séptima ha contado con 16 chefs, con Suecia como ganadora, de la mano del estonio Noel Moglia, de 21 años, con la tapa 'My roots and knowledge' (Restaurante Julita Wardshus/Julita Socken). «Ya estaba contento de venir así que ganando, mucho más», señalaba este cocinero desde los 13 años, de padre italiano y madre estonia, que tan solo lleva nueve meses en el país escandinavo.