Tensión, peligro, insultos, amenazas, denuncias... El ambiente vivido ayer por la mañana en Tordesillas no era especialmente festivo.  Desde una hora antes del festejo, unos 200 activistas en contra de la celebración del Toro de la Vega se situaron en varias partes del recorrido como acto de protesta por la muerte de Elegido. Desde ese momento, la tensión era palpable en todo el municipio, incluso unas 50 personas se manifestaban a las puertas de la Casa Consistorial.  

Los vecinos de la localidad, ataviados con cachabas y palos, no dejaban de increpar mediante insultos y amenazas a los detractores del festejo, que se defendían de la misma forma. Solo la presencia de la Guardia Civil hizo posible que las amenazas no se convirtieran en realidad, aunque también es cierto que en algún caso fue inevitable.

Así pasaron los minutos hasta las once en punto de la mañana, momento estipulado para la salida de Elegido. Cinco, diez, quince minutos... Nada. Los antitaurinos continuaban sentados en el recorrido y no querían abandonarlo. La Guardia Civil, con tijeras de cortar cadenas en mano, comenzó su labor para permitir el desarrollo del festejo. Y fue ahí cuando comenzaron los gritos, las lágrimas... Agarrados y llevamos a rastras por los efectivos de la Benemérita, el grupo de antitaurinos fue desalojado y retirado fuera de las talanqueras.

Los bomberos sofiocan un incendio en la zona de la Vega. Parecía que el conflicto había terminado, pero nada más lejos de la realidad. Elegido bajó hasta la zona de la Vega, pero en ese momento, mientras los 44 lanceros intentaban acabar con su vida, se produjo un fuerte altercado provocado tanto por los vecinos de la localidad como por el grupo de detractores del festejo.

Cuando muchos de los participantes en el torneo acudieron a unas talanqueras para resguardarse de las embestidas del animal, los antitaurinos les increparon y les empujaron para que salieran de nuevo a la arena. Esta circunstancia desencadenó un enfrentamiento entre unos y otros que acabó en una auténtica batalla campal, con agresiones, lanzamientos de piedras, peleas... Las piedras surcaban el cielo en busca de un objetivo sin ningún tipo de control, incluso con algún agente de la Guardia Civil entre uno y otro bando.

Las consecuencias eran inevitables. Los primeros heridos no tardaron en llegar y las ambulancias del dispositivo de Cruz Roja no tardaron en ponerse en marcha. Una joven recibió un golpe muy fuerte junto al ojo y tuvo que ser retirada en ambulancia con la cara cubierta de sangre.

Los 32 voluntarios de Cruz Roja desplazados en el municipio se vieron obligados a atender a 50 personas y cinco de ellas tuvieron que ser trasladadas hasta el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y el Centro de Salud de Tordesillas.

El torneo prosiguió como si nada hubiera sucedido.  Y minutos después los coches de la Guardia Civil volvían a entrar en la campa a gran velocidad por un nuevo problema. Dos personas habían prendido un fuego en la ribera de Castronuño (zona de especial protección) para posteriormente darse a la fuga en un vehículo. Los efectivos de la Benemérita tuvieron que comenzar una persecución para su detención. Se trataba de dos jóvenes antitaurinos que están imputados por múltiples delitos, según informaron fuentes de la Subdelegación.  Momentos más tarde, se registraba otro incendio en unos matorrales, en una zona próxima donde estaban estacionados varios vehículos. Fue necesaria la presencia de los efectivos de Bomberos para sofocar el incendio.

Estos hechos ocasionaron mayor tensión entre los partidarios de uno y otro bando, que se volvieron a insultar y amenazar bajo la presencia de la Guardia Civil, llegando incluso a algunos empujones. «Hijos de puta. Fuera de aquí», decían unos. «Cavernícolas, retrasados», respondían los otros.

El Ayuntamiento de Tordesillas anunció que denunciará a todas las personas que provocaron altercados. Pero tanto un grupo como otro no dejaron de intercambiar denuncias ante la Guardia Civil durante toda la tarde de ayer. Incluso, El Día de Valladolid recibió una llamada de alerta por amenaza de bomba en el recorrido y lo puso en conocimiento de la autoridad pertinente.  

 45 minutos más allá de las 11.26 (momento en el que comenzó) una bomba anunciaba la muerte de Elegido. Álvaro Martín resultaba vencedor de un torneo marcado por una batalla campal.