El 25,4% de los titulados de la UVa trabaja en empleos no cualificados

Ical
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Los alumnos de la Universidad de Valladolid encuentran trabajo con más facilidad que la media nacional, aunque solo la mitad consigue uno que sea acorde a su formación

La Universidad de Valladolid presenta una tasa de empleabilidad ligeramente superior a la media regional y nacional aunque con una baja calidad laboral. Es la principal conclusión del informe Inserción laboral de los egresados universitarios. La perspectiva de afiliación a la Seguridad Social, fruto del convenio firmado entre el Ministerio de Educación y la Conferencia de Consejos Sociales.


El estudio, elaborado con datos oficiales en colaboración con el Ministerio de Empleo, analiza la evolución a lo largo de los cuatro años siguientes a su titulación de la vida laboral de los egresados en el curso académico 2009/2010 de primer y segundo ciclo, un total de 190.749 en toda España y 14.087 en Castilla y León (se excluyen los titulados de Grado y de Máster) a través de los datos de su afiliación a la Seguridad Social.


Así, de acuerdo con el informe, la tasa de afiliación de los 3.849 titulados en la Universidad de Valladolid en el curso 2009/2010 era del 37,6 por ciento un año después de terminar sus estudios, similar a la media regional y por debajo de la nacional, que era del 43,4 por ciento. A partir de ese primer año, dicha tasa experimenta un incremento progresivo y sube 27 puntos porcentuales (56 por ciento en 2012 y 59,8 por ciento en 2013) hasta situarse en el 64,8 por ciento en 2014, lo que la coloca cerca de cuatro puntos por encima de la media regional, que era del 61,9 por ciento en 2014, y también superior a la media nacional, el 64,4 por ciento en 2014.


Por ramas, destaca por encima de la media nacional la empleabilidad de los titulados en carreras de Ciencias de la Salud (71,4 por ciento), Ingeniería y Arquitectura (69,3 por ciento) y Ciencias (65,2 por ciento), quedando por debajo de dicha media los que cursaron estudios del área de Ciencias Sociales y Jurídicas (62,3 por ciento) y los de Arte y Humanidades (53,8 por ciento).


En cuanto a las titulaciones, Ingeniería Electrónica, con la afiliación del cien por cien de sus 19 licenciados en 2014, es la que mayor tasa de empleabilidad registra, seguida por Medicina (94,1 por ciento) e Ingeniería de Organización Industrial (92 por ciento). En la parte de abajo de la tabla se sitúan las licenciaturas de Historia del Arte, con el 25,9 por ciento de empleabilidad; Filología Hispánica, con el 37,5 por ciento, y Derecho, con el 41,2 por ciento.


Junto a estos datos de afiliación a la Seguridad Social, el informe pone de relieve una baja calidad de la inserción laboral de los egresados de la Universidad de Valladolid, ya que presentan un elevado índice de temporalidad, con un 49 por ciento de contratos temporales al cabo de cuatro años. Este porcentaje es similar al nacional (49,3 por ciento) aunque un poco más bajo que el regional (51,9 por ciento).


El estudio presentado ayer también revela otro dato preocupante, y es que tanto a nivel nacional como regional y de Valladolid, cuatro años después de su licenciatura, solo uno de cada dos titulados universitarios afiliados ocupa un puesto de trabajo acorde a su nivel formativo y uno de cada cuatro está contratado para realizar trabajos de carácter manual para los que no se requiere ningún tipo de cualificación. En el caso de la Universidad de Valladolid, el porcentaje de titulados con empleos sin cualificación es del 25,4 por ciento, cifra ligeramente superior a la media regional, 24,7 por ciento, y también a la nacional, 24,4 por ciento.

Por otra parte, el estudio también refleja un porcentaje menor de titulados de la Universidad que optan por hacerse autónomos (el 8,1 por ciento al cabo de cuatro años) respecto a la media nacional (10,3 por ciento) y regional (8,8 por ciento).

Según el Consejo Social de la Universidad de Valladolid, estos datos «vuelven a poner de relieve el desajuste importante que existe entre el tipo de formación que demanda el mercado de trabajo y la elección formativa realizada por los estudiantes». Para paliarlo, este órgano de representación aboga por planificar las titulaciones compaginando la demanda de los distintos estudios con la extensión del conocimiento y la empleabilidad derivada de los mismos, incentivando los poco demandados pero con relevancia profesional en diez años.