El consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Juan José Mateos, avanzó a primeros de mes que el próximo año «sí o sí» se convocarán oposiciones para incorporar nuevos docentes de manera fija al sistema educativo. La previsión es que salgan las pruebas de Secundaria para el próximo año, una fecha señalada públicamente por el responsable político aún pendiente de su publicación en el Bocyl. Entre tanto, la incertidumbre pesa sobre los interinos y los recién titulados que desde entonces están acudiendo a las academias para informarse al respecto. Es más, algunos de estos centros de preparación empiezan a estar desbordados por la cantidad de interesados por unas oposiciones de las que oficialmente no saben nada aunque, como viene siendo tradicional, lo lógico es que la convocatoria se realice hacia los meses de mayo o junio. Y es que, además, tanta expectación obedece a que la última vez que se convocaron oposiciones para Secundaria en Castilla y León fue en 2010, lo que esas declaraciones han hecho que la gente se haya motivado de repente y les urge elegir centro para empezar su preparación cuanto antes.

Pendientes de la oferta de manera oficial por parte de la Administración regional, academias y opositores adelantan la vuelta a las aulas para intentar ganar el máximo tiempo posible con vistas a estas oposiciones. Así, lo más demandado por el alumnado están siendo las asignaturas troncales:geografía e historia, lengua y literatura e inglés. La gerente del Centro de Estudios Marpel, Sonia Martín, confirma este extremo, a la vez que reconoce que los alumnos que están acudiendo a solicitar información «están muy motivados» ante la convocatoria anunciada. En cuanto al inglés, asimismo, quizás sea la parte del examen que más está «agobiando» a los alumnos. Además, otro de los aspectos a tener en cuenta es la preparación de las unidades didácticas, «sin duda lo más complicado de todas las pruebas».

«Una oposición es una tarea muy esclava, un esfuerzo que a veces no tiene recompensa, por lo que el estudiante debe saber donde se mete y tener mucha fuerza de voluntad, reconoce Sonia Martín, al señalar que esta oposición es un soplo de aire fresco para las academias que, en los últimos años, «muchas han cerrado y otras muchas hemos aguantado conscientes de que nuestra actividad cada día es más complicada porque se necesita tiempo y dinero para formarse, y hoy en día o no hay tiempo o no hay dinero» porque, reconocen, «prepararse para una oposición es una auténtica inversión en momentos de crisis». Así, partiendo de su papel complicado, todas las partes, gerencia, profesorado y alumnos, han recibido esta noticia con las manos abiertas «tras varios años sin convocatorias».

Es más, para los exámenes de 2015 se barajan unos ratios medios de una plaza para 40 o 50 opositores. Pero es verdad que estos ratios podrían superarse con creces porque, según los profesionales de las academias, existirá una gran movilidad geográfica para hacer unos u otros exámenes dado que la previsión es que sean numerosas las comunidades autónomas que oficialicen sus pruebas para 2015.

Los responsables de las academias Magister también se muestran en esta línea, prudentes pero esperanzados «porque las circunstancias han cambiado, por las economías están más saneadas y porque hay un ambiente más animado» a la hora de concurrir a este tipo de oposiciones. Eduardo J. Fernández explica que «en los últimos cinco años solo se han cubierto el 10% de las jubilaciones, por lo que la gente cogerá con muchas ganas la próxima convocatoria». Además, en la línea del resto de centros, la petición de información y matriculaciones para recibir clases de preparación se ha incrementado por momentos con vistas al 2015.