atrick Nogueira, el joven brasileño que confesó haber matado y descuartizado a sus tíos, de 39 años, y a sus primos de uno y cuatro años en Pioz (Guadalajara) en agosto de 2016, fue condenado ayer por la Justicia a prisión permanente revisable, después de que un jurado popular le declarase culpable de asesinato con intencionalidad, ensañamiento con los menores y sin considerar ninguna circunstancia atenuante. Además, el fallo establece indemnizaciones para las familias de las víctimas que suman un total de 390.000 euros. 

De esta manera, el joven brasileño se convirtió en la quinta persona castigadas con la máxima pena prevista en el Código Penal español, según la cual tendrá que pasar 25 años en la cárcel hasta que se revise si está en condiciones de salir en libertad. La primera vez fue la que se impuso el 6 de julio de 2017 a David Oubel, conocido como el parricida de Moraña (Pontevedra), que mató brutalmente a sus hijas usando una sierra eléctrica y un cuchillo de cocina, después de haberlas drogado.

En la sentencia, el tribunal castigó al acusado a 25 años de prisión por el crimen con alevosía de su tía Janaina y a tres condenas de prisión permanente, dos por las dos muertes «con ensañamiento y por su especial vulnerabilidad» de los niños, y una tercera por el homicidio de su tío Marcos. La condena por cuatro delitos de asesinato es la que pedían la Fiscalía y la acusación, mientras que la defensa de Nogueira anunció que la recurrirá en los próximos días, al considerar el fallo una  «barbaridad jurídica». Además, avanzó que en su apelación aludirá a que en su defendido se da una circunstancia de «eximente incompleta» porque el condenado tiene «el cerebro dañado». Una circunstancia que se niega en el fallo, ya que los magistrados consideran que no ha quedado acreditado un daño neurológico en el asesino que le afectara en la toma de decisiones y control de la impulsividad.