La reunión de junio celebrada ayer en Riga (Estonia) era clave para conocer si el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) modificaba finalmente su política de estímulos a las economías del bloque y, tal como se esperaba, hubo cambios importantes tras acordar poner fin al término de 2018 a sus compras de activos, mientras que alejó la posibilidad de una subida del precio del dinero al apuntar que los tipos de interés se mantendrán al nivel actual del 0% «al menos hasta el verano de 2019». 

El presidente de la institución, Mario Draghi, explicó que los miembros del órgano de Gobierno del BCE decidieron de manera «unánime» este acuerdo que afecta a la eurozona y subrayó que este programa de compra de activos «no desaparecerá», ya que pasará a incorporarse como un instrumento más a la caja de herramientas del banco central. 

El banquero romano destacó los sustanciales progresos realizados hacia un ajuste sostenido de la inflación, confiando en que en los próximos meses continuará el proceso de convergencia de la subida de precios hacia el objetivo de la entidad, cerca, pero por debajo del 2%, y que será capaz de mantenerse, incluso, después de la retirada gradual de estímulos.

No obstante, Draghi recalcó que sigue listo para ajustar todos sus instrumentos si fuera necesario