Ignacio Cosidó, senador por la Comunidad y portavoz del PP en la Cámara Alta, se colocó ayer en el ojo del huracán tras desvelarse el contenido de un mensaje suyo de whatsapp en el que afirmaba que con la elección de Marchena, el PP controlaba la Sala Penal del Supremo «por la puerta de atrás».

Aunque el palentino aseguró sentirse respaldado y anunció que no dimitiría, toda la oposición parlamentaria en Castilla y León reclamó su cese inmediato y consideró ofensivo que siga representando a las Cortes autonómicas. Cosidó fue designado como senador por la Comunidad en diciembre de 2016.

El Partido Popular de Castilla y León mantiene su respaldo, aunque ayer el presidente autonómico y del Grupo Popular, Alfonso Fernández Mañueco, no se atrevió a poner la mano en el fuego por el senador y se limitó a decir que «cada uno es responsable de lo que hace» y que «Nacho es mi amigo». El día anterior en Palencia le había mostrado su «apoyo y cariño».

El secretario autonómico de Podemos, Pablo Fernández, fue el más duro en sus ataques a Ignacio Cosidó y exigió a Mañueco que reclame la entrega del acta «de forma inmediata» porque si no lo hace será «cómplice de prácticas deleznables». Fernández calificó de «impresentable» que Cosidó permanezca «un solo segundo más» como senador en representación de Castilla y León, y acusó al PP de estar generando «un deterioro institucional que se profundiza cada vez más».

Podemos está barajando presentar su reprobación en el pleno de las Cortes «o cualquier otra vía incluida en el reglamento», ya que no existe la figura de la reprobación. «Es muy grave que el PP ampare y consienta» actitudes como la de Cosidó, por lo que si el PP no pide su acta «reclamaré la dimisión de Mañueco», insiste Fernández.