Un gol de Griezmann, el segundo en su cuenta, en el minuto 80, rescató ayer al Atlético ante el Valladolid (2-3), que fue capaz de igualar un 0-2 adverso cuando todo parecía sentenciado, y que tuvo a los rojiblancos contra las cuerdas durante muchos momentos del duelo.

El equipo madrileño doblegó de esta forma al pucelano en un partido de poder a poder que por momentos no permitía ni un pestañeo, ya que las alternativas hicieron que los acontecimientos se acumularan, aunque fue la pegada visitante la que desequilibró la contienda.

Los de Simeone acorralaron inicialmente a un bloque blanquivioleta que parecía despojado de su traje de equipo revelación y asistía desolado al arranque furioso del rival. Fueron minutos de un ‘Atleti’ acometedor y solo un par de llegadas por banda permitieron respirar a los locales, que salieron con el mismo once que ganó a la Real.

Sin embargo, cuando mejor estaban los de González, un desmarque de Kalinic le permitió recibir en ventaja y cruzar el balón ante la salida de Jordi Masip (min. 25).

Con la primera parte agonizando pudo suceder cualquier cosa, pero sucedió que un disparo del ‘Principito’ golpeó en un brazo de Olivas y el VAR hizo revisar la jugada y puso en evidencia un claro penalti, que transformó el propio Griezmann.

Tras el descanso, el Valladolid salió a por todas y Calero, de cabeza, redujo distancias. La segunda parte era del conjunto local, con Keko Gontan y Nacho pletóricos en banda, y el miedo apareció en un Atlético que encajó otro tanto tras golpear en Saúl un remate de Ünal.

Los visitantes intentaron recuperar el mando y el choque enloqueció hasta que Griezmann anotó el  2-3 tras una serie de rechaces en el área.