«Nunca se han visto chocar y morir tantos hombres juntos en un terreno de operaciones tan vasto. La mitad del género humano está en guerra. De los 1.700 millones de seres que constituyen la población del globo, 854 se odian y gastan su dinero para exterminarse. ¿Cuándo se conoció esto en la Historia?» Así empieza el escritor español Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, Francia, 1928) su Crónica de la Guerra Europea (La esfera de los libros), un extenso manual cuasi periodístico de nueve amplios tomos en donde detalla todo lo que sucedió en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), conocida como la Gran Guerra, una contienda que tuvo consecuencias políticas, económicas, tecnológicas, bélicas, médicas, revolucionarias, poblacionales y de modificación de las fronteras.

La obra del valenciano es un trabajo colosal, en el que además de narrar y explicar las razones del enfrentamiento y sus respectivas batallas y frentes, aporta abundante material gráfico -con numerosas fotografías, mapas, planos y dibujos-, que completan un trabajo sumamente denso y prolijo.

La intención del escritor no consiste única y exclusivamente en contar la guerra como lo hiciera un corresponsal de prensa, sino también de aclarar y descifrar las causas y los porqués de aquella sinrazón que causó más de nueve millones de muertes y otros tanto inválidos entre ambas partes y en el que se vieron involucrados cerca de 65 millones de soldados.

Blasco Ibáñez intenta adentrarse en la mente no solo de los protagonistas de la contienda, es decir, de los causantes del choque entre las grandes potencias imperialistas del momento, sino también en el análisis de los pueblos y de los uniformados que tragan barro en una trinchera mientras son bombardeados por el Ejército enemigo y reciben la orden de batallar para alcanzar una colina.

Crónica de la Guerra Europea es un completo trabajo antropológico, social y político que supera con creces la muchas veces estrecha vertientes puramente militar o periodística del conflicto.

Ningún estratega ni táctico de la época, ya sea político o militar, atisbó que aquel atentado que tuvo lugar un 28 de junio de 1914 en Sarajevo (actual capital de Bosnia-Herzegovina), en donde el joven nacional serbio Gavrilo Princip asesinaba a tiros al archiduque Francisco Fernando de Austria, iba a marcar un cambio de era e iba a provocar una de las guerras más cruentas de la humanidad.

Las consecuencias de la Gran Guerra todavía hoy perduran. Una de las principales consecuencias del tratado de Versalles (junio de 1919, la contienda finalizó en noviembre del año anterior) fue la desaparición de los cuatro grandes imperios:el alemán, que fue reemplazado por la República de Weimar; el autrohúngaro; el otomano, que dio lugar a Turquía; y el ruso, que fue reemplazado por la Rusia comunista y por la URSS.

Unos textos silenciados.

A pesar del extenso trabajo de nueve tomos realizado por el Vicente Blasco sobre la Primera Guerra Mundial, su conocida posición republicana y su crítica al militarismo alemán provocó que su Crónica de la Guerra Europea fuera silenciada durante décadas por la dictadura franquista.

El valenciano se trasladó a Francia como una forma de autoexilio, durante el cual emprendió toda suerte de negocios hasta hacer fortuna como escritor y periodista. Su oposición a la Monarquía y a la dictadura de Primo de Rivera le impidió regresar, donde murió consecuencia de una enfermedad pulmonar mal tratada.