La Fiscalía de Valladolid solicita un conjunto de penas que se van hasta los 47 años de prisión para los nueve ‘monchines’ detenidos el pasado 21 de mayo en el marco de la llamada Operación Cholo, en la que la Policía logró desarticular a la cúpula del clan, con Salvador R.L. a la cabeza, y acabar con una organización especializada en el tráfico de heroína y que pretendía abrir puntos de venta por toda la ciudad. ‘Negro’ es, precisamente, el único de los nueve que continúa todavía en prisión a la espera de que la Audiencia Provincial fije la fecha del juicio, que se prevé para finales de este año o principios de 2015.

Las penas que se reclaman para este grupo oscilan entre los cinco y los seis años de cárcel, hasta sumar esos 47. En concreto, tal y como ha podido saber El Día de Valladolid en fuentes jurídicas, se les exigen seis a Salvador R.L., considerado por la Fiscalía el «líder o cabecilla» del clan, y al hombre designado por él para efectuar el grueso de los transportes de droga hacia los distintos puntos de venta: Juan José R.A. (alias ‘Robocop’). Para los otros siete (para la mujer, el yerno y los tres hijos del ‘Negro’, y los dos presuntos vendedores detenidos) se solicitan cinco años de prisión. El fiscal del caso remitió a finales de la semana pasada su escrito de acusación provisional al Juzgado de Instrucción 1, con lo que en los próximos días se dará traslado a las defensas para que formulen los suyos y se pueda remitir ya todo el asunto a la Audiencia Provincial de Valladolid, en donde Salvador se volverá a sentar en el banquillo de los acusados apenas ocho años después de que se le juzgase junto al resto del clan por narcotráfico, por primera vez en su vida; fue en 2007, en el que se denominó como el ‘macrojuicio’ contra el clan de los Monchines (por su duración, penas, número de acusados...) y de él, el ‘Negro’ salió condenado a 11 años de cárcel.

Fue en 2013 cuando recuperó la libertad (condicional) y, meses después de su regreso a su casa de la calle Alta 12 (Pajarillos), cuando se cree que reorganizó el tráfico de drogas, con él a la cabeza del clan, después del fallecimiento por un cáncer de su hermano (y anterior líder) Miguel (‘Monchín’).
La investigación del Grupo VIII de la Brigada de Policía Judicial de Valladolid se inició a principios de este 2014 y concluyó durante la mañana de ese 21 de mayo cuando, presuntamente, vieron cómo el propio ‘Negro’ sacaba un paquete de droga del Fiat Múltipla que había aparcado frente a su casa -y que se había convertido en punto de almacenamiento de la droga- y se lo daba a Robocop. Eran 50 gramos de heroína que se iban a distribuir a través de la red de pisos (puntos de venta) que, presuntamente, había montado Salvador y su familia.

Era la primera vez que la Policía veía a un cabecilla del mítico clan tocar la droga. Con ‘Negro’ caían su mujer, sus tres hijos y su yerno, acusados todos ellos de formar parte de la estructura de tráfico de drogas. Con ‘Robocop’ también caían otros dos vendedores, uno que operaba en La Rondilla y otro en la calle Colón.