Cañellas tumba a Dinamarca

Manuel Belver / Doha
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Un gol 'in extremis' del lateral clasifica a España para semifinales, que se medirá a Francia

Cañellas tumba a Dinamarca

Quedaban 19 segundos para el final. España tenía posesión con 24-24 en el electrónico. Había que preparar una jugada. Manolo Cadenas miró al cielo y pidió tiempo muerto: una sola jugada. La consigna era clara, había que lanzar, no perder el balón y, al menos, garantizarse la prórroga. Pero España quería más. El balón salió de las manos de Raúl Entrerríos, pasó por las de Maqueda y la de Cañellas. ¿Quién se la iba a jugar? Esos momentos son siempre para los valientes y para los mejores. Y la selección nacional tiene un buen puñado de ellos. En Doha, 16, aunque hay otros tantos o más que no han podido estar aquí.

En esos 19 segundos se decidió un encuentro de balonmano, el cuarto de final más igualado en este Mundial de Qatar, el que enfrentó a la actual campeona con la subcampeona, Dinamarca. ¿A alguien le importa lo que pasó en los 59 minutos y 41 segundos anteriores? Por si alguno no lo sabe, España y su rival más incómodo en los últimos años se temen tanto como se respetan. Ayer jugaron un encuentro más emocionante que brillante, con las defensas superando durante minutos a los ataques, con ventajas nunca superiores a los dos goles.

Antes de llegar a esa jugada decisiva, el encuentro fue a tirones, con exclusiones polémicas, muchas faltas en ataque y más de una perdida. Con muchos siete metros y un seguro en la ‘roja’, con Valero Rivera y sus 10 goles. De un peligroso 6-4 se pasó al 8-10 en poco más de 10 minutos en la primera mitad. Y de nuevo la igualada al descanso. Más o menos igual que en la reanudación: de un 18-16 se llegó al 18-20 en otros seis minutos o de un 20-22 al 23-22 ya en la recta final.

Pero vamos al grano. A lo que todo el mundo quiere leer. La acción de marras. Porque todo lo anterior, realmente, solo sirvió para llegar al último minuto con 24-24. Pues eso, Cadenas miró al cielo y pidió tiempo muerto… los ‘Hispanos’ son una piña, confían los unos en los otros, y el seleccionador en ellos. Julen Aguinagalde gritó la jugada a realizar, una de tantas de entrenamiento, y el nombre de quién debía ejecutarla: Joan Cañellas. Natural de Santa María de Palautordera (Barcelona), el central convertido a lateral está en el mejor momento de su carrera. Con 28 años, juega en el Kiel alemán, donde manda y decide tanto como en la selección. Su cabeza y su brazo debían culminar. O ‘chut’ o pase al propio Aguinagalde. Por algo es uno de los ‘grandes’ del mundo. Lo dicho, balón en las manos de Raúl, pasan los segundos, pase a Maqueda, Raúl, Joan… y a decidir. Dos pasos del catalán, evita la salida de la defensa danesa, se eleva y arma el brazo, dobla el cuerpo, supera el bloqueo y lanza… el balón sale a una velocidad cercana a los 100 kilómetros a la hora y bate por bajo la portería danesa. 24-25 sobre la bocina y España volverá a estar en unas semifinales mundialistas y, además, también consiguió la clasificación para disputar uno de los torneos preolímpicos.

La tensión, la angustia, el temor a perder dejó paso a la alegría, las celebraciones y el estallido de felicidad. El combinado nacional, actual campeón del mundo, jugará mañana, en el mismo escenario y a la misma hora (19,00 horas, por Teledeporte) ante Francia. Qué pase el siguiente.

La otra semifinal. Además de Francia, que será el rival mañana de España tras doblegar a Eslovenia (32-23), Qatar y Polonia dieron ayer la sorpresa en los cuartos de final al imponerse a Alemania (26-24) y a Croacia (24-22). Las dos semifinales se jugarán mañana. Primero, el cuadro que magistralmente dirige Valero Rivera, que ya ha hecho Historia al ser el primer asiático en meterse en semifinales, jugará ante la Polonia de Szmal, Jurecki o Jurkiewicz; y luego los ‘Hispanos’ contra Francia.