El puesto de máximo responsable del Fondo Monetario Internacional parece estar gafado. O, al menos, relacionado con procesos judiciales. Y es que si el exdirector gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn vio frenada su carrera por un escándalo sexual que le llevó a sentarse a los tribunales y a tener que abandonar su puesto, ahora su sucesora, Christine Lagarde, también podría enfrentarse a la Justicia.
La dirigente financiera está siendo investigada formalmente por presunta negligencia en el ejercicio de sus funciones cuando era ministra de Economía y Finanzas de Francia (2007-2011) en el Gobierno de Nicolas Sarkozy en el marco de uno de los mayores escándalos de corrupción que se analizan en el país galo, el conocido como caso Tapie.
En concreto, se trata de su actuación en el millonario pago de una indemnización al empresario Bernard Tapie tras la que los jueces consideran que pueden estar varios miembros del anterior Ejecutivo, al tratarse de un magnate vinculado a la campaña electoral en la que Sarkozy salió elegido presidente.
Hasta la fecha, Lagarde había sido citada como testigo, pero el pasado martes fue llamada a declarar por cuarta vez por la Corte de Justicia de la República, que investiga y castiga el comportamiento inadecuado de los ejercicios en el ejercicio de sus funciones.
Al terminar el interrogatorio, la Fiscalía anunció que sería acusada e imputada de manera formal en la trama, un hecho por el que la responsable del FMI, que defiende su inocencia, aseguró que no dimitirá de su cargo.
Según la legislación francesa, el juez instructor imputa a alguien cuando cree que existen «evidencias serias y constatadas» de una actuación indebida, aunque eso no implica que, finalmente, se celebre un juicio, ya que los cargos se pueden acabar retirando.
Por ahora, el caso Tapie ha involucrado a varios miembros del Ejecutivo de la UMP e, incluso, se sopesa que pueda acabar salpicando al propio Sarkozy.
Los hechos se remontan a 2008, cuando el magnate recibió del Estado una indemnización de 400 millones de euros para cerrar una larga disputa legal por la venta de la compañía deportiva Adidas. Los investigadores analizan si el pago, que fue decidido por un panel de arbitraje, tuvo motivaciones políticas, porque Tapie había apoyado al entonces presidente en la campaña electoral.
De hecho, los críticos alegan que el millonario habría recibido mucho menos dinero de haber llegado el caso a los tribunales, lo que levantó la sospecha de un pacto político para beneficiar al demandante, que financió los dos intentos de Sarkozy para llegar al Elíseo (2007 y 2012).
Cinco personas, inclusive Tapie y el exjefe de gabinete de Lagarde en el Ministerio de Finanzas, el actual presidente de France Telecom Stephane Richard, han sido acusados ya en el caso.
El papel de la directora gerente del FMI está siendo investigado por separado por el tribunal, que hasta ahora solo la consideraba una testigo clave del caso.