El 85% de los vallisoletanos desconoce la economía circular

D.V.
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El proyecto 'La economía circular en el sector agrario y agroalimentario en Valladolid' demuestra que la mitad de los consumidores, sin saberlo, desarrollan prácticas alineadas con esta filosofía, como la separación de residuos no orgánicos

El 85% de los vallisoletanos desconoce la economía circular

El 85 por ciento de los consumidores vallisoletanos desconoce la economía circular y su aplicación, según la investigación 'La economía circular en el sector agrario y agroalimentario en Valladolid', presentada por la Escuela de Ingeniería Agrícola de Valladolid INEA, centro adscrito a la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, en la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico de la ciudad. 

 

El proyecto financiado por el Ayuntamiento con 22.320 euros y cuyos resultados muestran el grado de conocimiento y difusión actual, en la ciudad, de una práctica de consumo más sostenible que pretende resolver el problema de la contaminación y hacer posible que los residuos vuelvan al inicio del proceso productivo de manera circular, dándoles una segunda vida útil. 

 

Los resultados muestran un elevado grado de desconocimiento sobre este concepto y la manera de aplicarlo. “A pesar de ello, tanto consumidores como distribuidores y empresas sí realizan una variedad de prácticas de reutilización y reciclaje que están alineadas con la filosofía de la economía circular”, advierte el estudio. “Así, por ejemplo, un 51,4 por ciento de los consumidores hace muy a menudo o a menudo separación de los residuos no orgánicos (cartón, vidrio o aceite) y ocho de cada diez establecimientos del pequeño comercio (el 78,8 por ciento) usa ya bombillas de bajo consumo”. Por su parte, son varias las empresas agroalimentarias que realizan prácticas de reducción de residuos mediante la reutilización de restos o subproductos de la industria.

 

Además de esta investigación, el proyecto incluye otras dos fases, una de difusión y otra de puesta en marcha de dos proyectos piloto desarrollados en la finca ecológica de INEA y en la ecotienda Come Sano Come Justo. La fase de difusión se ha centrado en formar y sensibilizar a consumidores sobre buenas prácticas alimentarias, a través de charlas, exposiciones y la elaboración de un folleto informativo que se distribuirá en tiendas ecológicas. 

 

Dos proyectos piloto

 

Por otro lado, los dos proyectos piloto han buscado potenciar prácticas de circularidad en la producción y en la distribución de alimentos ecológicos. En la Finca INEA se han realizado intervenciones vinculadas a los flujos agroecológicos de materia y energía para mejorar la circularidad de los procesos (paneles solares para los sistemas de riego, cajas nido para mejorar la biodiversidad de la finca, planta de compostaje para reutilizar residuos, sistema de recogida de agua de lluvia, bancos de plantas y alimentos, etc). Y en la ecotienda Come Sano Come Justo se han realizado acciones de concienciación sobre buenas prácticas alimentarias introduciendo la venta a granel de 50 productos. Para dar mayor visibilidad, han organizado una exposición fotográfica y se han repartido trípticos informativos con buenas prácticas de economía circular.