El caso del tatuador acusado por una de sus clientes de un delito sexual suma una segunda víctima; al menos, una nueva denunciante. Se trata de una joven que habría sido clienta del sospechoso en una etapa anterior, cuando atendía en un piso en lugar de en el local que lo hace actualmente, y que decidió denunciar su caso en Comisaría al conocer el primer caso.

Su episodio sería «más grave» que el de la primera chica, según explican a El Día de Valladolid las fuentes policiales consultadas, si bien todo está a expensas de que la investigación avance, de ahí que los agentes de la UFAM (Unidad de Familia y Mujer) de la Brigada de Policía Judicial prefieran actuar con «absoluta cautela» y que no hayan efectuado ninguna detención.

Más aún cuando fue el propio tatuador quien se personó en las dependencias de la Comisaría de Las Delicias el pasado jueves 5 de julio para denunciar el acoso que estaba sufriendo (tanto en redes sociales como con un escrache que un grupo anarquista le habría hecho en la puerta de su local) tras difundirse el supuesto episodio de acoso a la primera mujer.

Fue esa supuesta víctima la que colgó en Facebook un mensaje en el que le acusaba de haberse sacado sus genitales «fuera del pantalón» en medio de una sesión de tatuaje, situación que motivó la reacción instantánea de decenas de personas en esa y en otras redes sociales, cargando contra él.

Días antes, la joven había ido a Comisaría y relatado lo sucedido a los agentes de la UFAM, pero eludió poner la denuncia. Tampoco hubo investigación de oficio, al encajar lo descrito como «unas vejaciones leves, sin llegar a calificarse como delito de abuso sexual», explicaron.

Pero su denuncia pública hizo que llegara esa segunda denuncia la mañana del viernes 6, una joven que había pasado por manos de ese tatuador hace más de un año y que le acusaba también de un presunto delito sexual.