El sector de la vivienda se ha visto envuelto en los últimos años en muchos cambios legislativos. Por ejemplo, los que afectan a la desgravación por la compra y la reducción de cinco a tres años del periodo mínimo del alquiler, entre otros. Estas modificaciones han generado dudas en muchos ciudadanos que se han visto reflejadas en las quejas y consultas que han recibido en las asociaciones de consumidores. De hecho, el año pasado la vivienda fue el sector donde más se incrementaron las consultas y reclamaciones de la Unión de Consumidores de Castilla y León (UCE), al pasar de 745 a 1.037, casi un 40 por ciento más.
Pero lo cierto es que el grueso de esta subida está en las consultas, que pasaron de 589 a 873, mientras que las reclamaciones aumentaron un 4,7 por ciento (de 156 a 164). Bien es cierto que buena parte de estas quejas no están centradas en el mercado de la compra-venta y el alquiler, sino en los problemas que surgen en las propias comunidades de vecinos. Desde los impagos de las cuotas de comunidad hasta los problemas de convivencia. La UCE tiene firmado un convenio de colaboración con las comunidades para intentar resolver estos problemas. «Algunos piensan que por dejarlo en manos de un administrador se van a resolver todos los problemas, pero esta figura lo único que hace es mover papeles y, en ocasiones, a destiempo», explica el presidente de UCE en Castilla y León, Prudencio Prieto.
Las segundas actuaciones más frecuentes son las relativas a los contratos de alquiler de vivienda libre, seguidos de la compra-venta y el arrendamiento de viviendas protegidas. El presidente de la UCE, Prudencio Prieto, vaticina que las quejas sobre el alquiler de la vivienda van a ir a más porque considera que la subida de precios de los últimos meses es un «abuso» que fomentará los impagos.
Por otro lado, el turismo también es otro ámbito en el que se han disparado las reclamaciones. Lo han hecho un 18,9 por ciento, al pasar de 111 a 132, pero, en cambio, las intervenciones globales de la UCE han bajado porque las consultas han descendido un 30,6 por ciento. En este apartado se incluyen, por ejemplo, las reclamaciones que se ponen a negocios hoteleros.
El sector financiero también se ha enfrentado en los últimos años a multitud de denuncias por casos como los de las preferentes y las cláusulas suelo. Muchos de ellos han acabado en los juzgados, con sentencias favorables a los clientes. Las asociaciones de consumidores tampoco han sido ajenas a esta tendencia. De las 14.889 actuaciones que hizo el año pasado la UCE en Valladolid, 458 menos que en el año anterior, casi el 20 por ciento correspondieron al sector financiero.
Al igual que en 2016, es el que más movimiento generó. Prieto asegura que las malas prácticas se producen «a diario» en las entidades financieras, y no solo en «escándalos» como los de las preferentes y las cláusulas suelo. De hecho, la mayor parte de las reclamaciones tienen que ver con comisiones que se cobran sin que el cliente haya sido informado previamente de ello.
Después de los cobros indebidos y las comisiones, hay otros factores que también hacen que los usuarios presenten reclamaciones. Por ejemplo, la falta de diligencia, el cobro de intereses y otras quejas relativas a las tarjetas de crédito.
El segundo sector que motivó más actuaciones de la UCE fue el de las empresas de telefonía e internet, con cerca de 2.200. Dentro de ellas, el 63,3 por ciento se produjeron por problemas en la facturación. Esas pequeñas, y no tan pequeñas, cantidades que a veces se cobran de más. «Cuando reclamas, a veces te dan largas y... hasta que te aburres y lo dejas por imposible», dice Prieto. Muchos de los usuarios ni siquiera se molestan en reclamar por dos o tres euros. «Pero, multiplica esa cantidad por los millones de clientes que tienen...», añade el presidente de la UCE. Según él, esta práctica es generalizada y es «similar» a lo que sucedía antes con las cabinas telefónicas. «Como estuvieras menos tiempo del que te permitía el dinero que habías metido, nunca te devolvían nada», recuerda. El resto de las reclamaciones en este sector son, por este orden, las deficiencias del servicio contratado, la mala atención y los problemas en la instalación.
Las compañías eléctricas tampoco se escapan de estas reclamaciones. El 8,1 por ciento de las actuaciones estuvieron el año pasado centradas en ellas después de unos años de un incesante incremento de la cuantía de una factura que, por otra parte, no es comprensible para muchos ciudadanos.
El resto de sectores con más quejas son, por orden, el de reparaciones, el comercio, la sanidad, la administración pública, los seguros y el medio ambiente, según los datos facilitados por la UCE.