E Real Madrid se movido con agilidad para meterse ‘la magia’ del Mundial de Brasil en el bolsillo. En menos de una semana, el equipo de la capital sumó a su plantilla nada menos que a Toni Kroos, la figura de la Alemania campeona del mundo, y al mediocampista colombiano James rodríguez, máximo goleador del certamen con seis tantos y la gran revelación de la Copa disputada en Brasil entre junio y julio.
La política de incorporaciones empleada por el presidente Florentino Pérez y compañía se mantuvo, de esta manera, fiel a unos principios básicos y no admitió demasiadas sorpresas: enormes inversiones económicas y provecho del presente futbolístico inmediato de los futbolistas.
La directiva de la entidad ‘merengue’ se endulzó los ojos con las actuaciones de Kroos y Rodríguez en el torneo ‘carioca’ y no prestó demasiada atención a la última temporada de los dos jugadores en sus respectivos clubes.
El alemán nunca terminó de consagrarse como un imprescindible para Josep Guardiola en el Bayern de Múnich durante la temporada pasada: fue el noveno jugador del equipo con más titularidades en la Bundesliga y fue el que salió más veces reemplazado del campeón de liga teutón, con 13 sustituciones.
El ‘cafetero’ tampoco marchó por un camino de rosas la pasada campaña: el colombiano fue suplente en el esquema de Claudio Ranieri durante los dos primeros meses y, aún habiéndose ganado la titularidad, fue el futbolista más reemplazado de su equipo en la liga francesa, también con 13 retiradas antes de tiempo.
Aún así, Pérez apostó al éxito reciente de ambos en la última gran cita futbolística y decidió invertir unos 110 millones de euros por ambos para enriquecer una plantilla consolidada y que descansa en el colchón de la décima Copa de Europa ganada la pasada temporada.
misma estrategia. El presidente ‘merengue’ repitió, además, la estrategia de aprovechar el éxito de un Mundial de fútbol para volver a ubicar al Real Madrid en lo más alto del mercado futbolístico global.
En el verano europeo de 2002, el máximo directivo blanco compró de manera sorpresiva al delantero brasileño Ronaldo, quien acababa de ganar el Mundial de Corea y Japón y se había consagrado como el máximo goleador del torneo, con ocho tantos.
Mientras, el protagonismo absoluto de los futbolistas españoles, en especial del Barcelona, en el Mundial 2010 no le dejó mucho margen de maniobra a Pérez hace cuatro años, quien decidió reforzar al Real Madrid tras la Copa del Mundo de Sudáfrica con las llegadas de Ángel Di María y Sami Khedira. Dos futbolista que ahora, precisamente, podrían abandonar la disciplina de Concha Espina.
El aterrizaje de Rodríguez, un mediocampista atrevido, con desparpajo y enormes técnicas y visión de juego, abrió un poco más la puerta de salida a cualquiera de los dos.
Así y todo, la imagen del club blanco vuelve a mostrarse brillante en las semanas previas al inicio de la temporada: confirmó la contratación de una de las dos grandes figuras del Mundial el mismo día que Sandro Rosell, expresidente del Barcelona, se presentó a declarar ante un juez, imputado por un presunto fraude fiscal en la operación de la llegada del brasileño Neymar al club azulgrana.
A los ‘merengues’ parece que solo les falta una pieza en su ‘Operación Mundialista’: Keylor Navas.