Especies protegidas que salen de la UVI

P. Á. / P. V. - Valladolid
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Las poblaciones de oso pardo, milano real, águila imperial ibérica, urogallo y lobo han crecido en los últimos años, pero se mantienen como «amenazadas»

Son símbolos de la región, muy identificados con algunas zonas concretas de Castilla y León, y que durante un tiempo se temió por su desaparición. Cinco especies protegidas de la Comunidad que han conseguido resurgir de sus cenizas gracias, en buena medida, a las acciones de conservación puestas en marcha en los últimos años por las administraciones y asociaciones medio ambientales.
Si hace unos años, el oso pardo, el lobo ibérico, el águila imperial ibérica, el urogallo y el milano real parecían estar muy cerca de su extinción, hoy en día han conseguido salir de la UVI y sus poblaciones han crecido de forma considerable en algunas zonas de la región, incluso causando problemas de convivencia como ocurre con el lobo ibérico y los ganaderos castellanos y leoneses. Sin embargo, pese a estos mínimos avances, siguen perteneciendo al grupo de especies amenazadas siendo necesario continuar con los planes de recuperación iniciados en los últimos años.
Uno de esos ejemplos es el oso pardo, un animal protegido catalogado en peligro de extinción e incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. En el caso de la población cantábrica, donde se incluye la de Castilla y León, se estima que hay más de 250 ejemplares. Unas cifras que suponen un aumento importante sobre los censos publicados a principios de la década de los años 90, que arrojaban cifras de entre 50 y 65 osos en la población occidental y de entre 20 y 25 en la oriental, según informaron fuentes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.
Esta delicada situación obligó a la Administración regional a poner en marcha, junto a otras comunidades, el Plan de Conservación del Oso Pardo desde la década de los 90, que ha permitido incrementar el número de ejemplares hasta conseguir una población reproductora estable, evitar el aislamiento de las poblaciones oriental y occidental y favorecer la recolonización de nuevas áreas llevando a cabo principalmente labores de conservación, investigación, educación, divulgación y control y seguimiento de la especie.
Las distintas actuaciones han permitido comprobar la llegada, de forma incipiente, de ejemplares de la población occidental de la región a la oriental en los últimos años con hechos destacados como la presencia de un ejemplar de oso pardo en la baja Cabrera, ya que había desaparecido de la provincia de Zamora desde finales del siglo XIX y principios del XX.
Además, con la colaboración de Asturias, Cantabria y la Fundación Oso Pardo, se realiza un seguimiento anual de osas con cría que permitió contabilizar en el año 2012 un total de 33 hembras con 62 oseznos.
Pero el caso del oso pardo no es el único. Durante los últimos años también se ha analizado de forma exhaustiva la situación del lobo ibérico en la Comunidad, una especie protegida por la Unión Europea al sur del Duero. De esta forma se ha podido comprobar el proceso expansivo que ha tenido en Castilla y León y su aparición en comarcas en las que no estaba presente desde hace décadas, según los datos facilitados por la Consejería.
Las estimaciones más recientes apuntan a que la Comunidad cuenta con un total de 179 manadas, lo que representa un incremento del 20 por ciento con respecto al censo de 2001, de las que 152 corresponden al norte del río Duero (132 en el año 2001) y 27 al sur (17 en 2001).
 
Aves en peligro. Otro de los ejemplos de esta recuperación es el águila imperial ibérica, una especie protegida a nivel internacional y que cuenta con un plan de recuperación desde el año 2003. En ese momento, en Castilla y León se contabilizaban 22 parejas y dos años después, tras establecer el ámbito de aplicación y preservar las áreas críticas, ya se habían logrado dos nuevas, objetivo que el plan contemplaba alcanzar en 2009. En ese mismo año, se detecta por primera vez su la cría en Valladolid y en 2011 se superan con creces los objetivos del plan, duplicando la población inicial y sobrepasando ampliamente el ámbito de su aplicación. Ya en 2015, el águila imperial ibérica ha criado por primera vez también en Salamanca, y el número de parejas en la Comunidad es de 70 con 91 pollos volados.
Los resultados del plan muestran que actualmente el águila imperial ibérica ocupa un total de 70 territorios en Castilla y León, 26 más del objetivo fijado inicialmente. El área de distribución de esta especie era exclusiva de Segovia y Ávila, y tras la puesta en marcha de las medidas se ha extendido a Valladolid y Salamanca. Además existen también datos de presencia en Zamora, aunque no se han localizado nidos.
Los resultados no son tan positivos con otras especies como el milano real o el urogallo. En el primer caso, la Junta de Castilla y León ha puesto en marcha recientemente un programa de conservación. Los últimos datos arrojan que en la región existen 1.298 parejas reproductoras de milanos reales, 196 más que en 2004. La población invernante también se incrementó en los últimos diez años, concretamente en 5.311 ejemplares. En total, en la Comunidad se registraron 25.300 milanos reales invernantes, lo que representa, respectivamente, un 56,14 por ciento y la mitad de las poblaciones totales de España.
Sin embargo, se debe continuar con actuaciones como la ampliación del conocimiento de la biología del milano real, fundamentalmente por medio del radiomarcaje de varios ejemplares, con las que conocer los movimientos locales, dispersivos y migratorios, el uso que hacen del territorio, la disponibilidad de recursos tróficos y los factores de mortalidad no natural; o el emprendimiento de acciones que favorezcan e incrementen los recursos tróficos.
Por último, la situación de las poblaciones de urogallo vienen sufriendo un acusado proceso de regresión, habiendo llegado a suponer su desaparición de amplias zonas, una rarificación de sus poblaciones y un profundo declive poblacional, lo que ha supuesto su catalogación como en peligro de extinción. Castilla y León cuenta con un plan de recuperación aprobado en 2009, estando en la actualidad confinadas sus poblaciones en la provincia de León tras desaparecer a primeros del presente siglo de Fuentes Carrionas (Palencia).
Las causas del declive son variadas, como el cambio climático, y más recientemente, el cuello de botella genético que pudo suponer su caza hasta primeros de los años setenta del pasado siglo. Cinco especies en peligro que luchan día a día por dejar de figurar en la lista de «amenazadas».