Por primera vez en la Historia de España, una mujer ocupará el cargo de fiscal general del Estado. El Consejo de Ministros propuso ayer a la segoviana Consuelo Madrigal, de 58 años, como sustituta del dimisionario Eduardo Torres-Dulce. Según afirmó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la elección se debe a criterios de profesionalidad avalados por su currículum «irreprochable», por lo que la Fiscalía General continuará actuando de forma «solvente y con plena autonomía».
En la rueda de prensa posterior, la vallisoletana leyó el currículum de la candidata, cuyo nombramiento debe ser sometido, antes de ser definitivo, al Consejo General del Poder Judicial y al Congreso. En concreto, el Pleno del CGPJ verificará el próximo lunes si la candidata cumple los requisitos legales, que pasan por ser un jurista de reconocido prestigio con más de 15 años de ejercicio efectivo de su profesión. El 8 de enero, comparecerá ante la Comisión de Justicia del Congreso y el Gobierno formalizará el nombramiento.
La popular destacó la hoja de servicios de la jurista, licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y que lleva en la Carrera Fiscal la friolera de 34 años. A juicio de Sáenz de Santamaría, esa dilatada experiencia debe ser prueba «más que suficiente» para demostrar que el nombramiento únicamente obedece a su valía personal y no a la docilidad, como critica la oposición.
Madrigal estaba hasta ahora, y desde febrero de 2008, al frente de la Sala de Menores de la Fiscalía General de Estado y antes de eso estuvo destinada en las de Santa Cruz de Tenerife, Valencia y Madrid, así como en las del Tribunal de Cuentas y de la Sección de lo Penal del Tribunal Supremo. Tras el 9-N, votó a favor de la querella contra Mas en la reunión de Fiscales de Sala convocada por Eduardo Torres-Dulce.
Precisamente, la vicepresidenta aprovechó su comparecencia para agradecer al dimitido fiscal general su trabajo y mostrar el respeto del Ejecutivo a su decisión, motivada por «razones personales», dijo, y que ha tomado «en el ejercicio de la autonomía que caracteriza al propio funcionamiento de la Fiscalía de nuestro país».
Así, señaló que «en España tenemos una que es una institución moderna, solvente, con un cuerpo muy preparado de fiscales, y eso asegura la continuidad siempre de una institución que actúa con autonomía, dependencia jerárquica respeto al fiscal general del Estado pero siempre con la máxima profesionalidad». Sobre las críticas de Ferraz, argumentó que «la oposición sabe bien cuál es el funcionamiento de esa institución y que el Gobierno siempre ha respetado su autonomía».