El grupo municipal de Valladolid Toma la Palabra (VTLP) hace balance de sus tres años en el Gobierno municipal. Su portavoz, María Sánchez, realizó en el Pleno Extraordinario sobre el Estado de la Ciudad una evaluación, que consideró marcada por los tiempos electorales obligan, que matizó "a menudo casan mal con los tiempos de transformación de una ciudad". Así, explicó que este mandato "debe ser el primero en el que comienza a dibujarse un nuevo proyecto de ciudad. En este sentido, aseguró que en este último año del mandato no primarán las "acciones cortoplacistas y de relumbrón" frente a muchos de los retos que existen y que matizó que son cuestiones "que vienen de lejos". "Por mucho acierto que tengamos y mucho esfuerzo que pongamos, tardarán en solucionarse".

Sánchez reiteró que Valladolid tiene un problema importante de desequilibrio entre barrios, pero también coincidió como el resto de compañeros en subrayar que la capital lleva desde los años 80 con la población estancada o en retroceso, y con una fuerte tendencia al envejecimiento. El tercer gran reto que considera que todavía hay que afrontar es que se sigue "dependiendo en exceso" del sector de la automoción para el empleo. Por contra, resaltó que "por fin" ha entrado en la agenda con fuerza la igualdad entre hombres y mujeres, y del mismo modo el otro gran reto del siglo XXI es el medioambiental, con objetivos cada vez más ambiciosos porque la situación es cada vez más preocupante.

Sánchez hizo un ejercicio de autocrítica y se preguntó si está haciendo lo suficiente desde Valladolid para abordar esos retos, los más locales y los de carácter más global. "Lo cierto es que estamos lejos de lo que sería necesario". También se cuestionó si al menos se camina en la buena dirección. "Considero que en este mandato se está produciendo en punto de inflexión, un cambio de rumbo en la dirección adecuada".