Las carencias en atención primaria ya han puesto en pie de guerra estos días a los profesionales sanitarios de Cataluña y Andalucía. En Castilla y León aún no se está en ese punto, pero tanto los colegios profesionales como las sociedades de médicos de familia llevan tiempo alertando de que los problemas que conlleva la escasez de personal motivada por las numerosas jubilaciones que hay en ciernes, a un horizonte de apenas dos años. Porque si no se reponen las muchas bajas que hay previstas, los que queden no podrán dar a basto para atender a una población «cada vez más envejecida y con más patologías», recuerdan.

Las cifras que maneja el Colegio de Médicos de Valladolid con claras. De los 334 especialistas de familia que actualmente dan servicio en Atención Primaria, se estima que un centenar se jubilará hasta 2020. El relevo, además, no se garantiza con los nuevos graduados debido a la constante reducción de plazas MIR de la especialidad. «Llevamos muchos años con menos plazas de MIR en Medicina de Familia de las que habría que ofrecer; debería ser el 50% y en las últimas son el 27%. Esto es un mal endémico de todo el país», explica la presidenta de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Socalemfyc), Elvira Callejo.

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