El Corpus se celebra en la calle con una multitudinaria eucaristía y procesión amenazada por la lluvia

Luis Amo
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Más de 3.000 personas presenciaron la misa en el Paseo Central del Campo Grande celebrada por Ricardo Blázquez ·La procesión evitó las paradas por los altares para evitar los chaparrones

Histórica celebración del Corpus Christi en la calle. Una multitudinaria celebración eucarística puso ayer por la tarde el colofón al Congreso Eucarístico Diocesano que terminó con la tradicional procesión. Unos actos que las precipitaciones tampoco quisieron perderse dado que descargaron varias nubes en distintos momentos de la tarde. Fue un solemne día, una celebración histórica, como determinaron fuentes diocesanas, pero que estuvo algo deslucida por la lluvia porque el altar situado en la plaza de Colón no se montó tal y como estaba previsto ante la fuerza que ejercía el viento sobre la parte trasera del mismo y, por tanto, para evitar accidentes. Tampoco procesionó el grupo procesional de la ‘Sagrada Cena’ dado que sus dimensiones hubieran complicado por momentos salvarlo del agua y, entre los aspectos más destacados de la constante amenaza meteorológica, cabe destacar que la Custodia de Arfe no hizo parada en ninguno de los altares, tan siquiera en la Plaza Mayor, dado que se dio la orden de que el desfile avanzara rápido para evitar otro chubasco entre Recoletos y la Catedral. Y así fue, porque empezó a pintear al final del recorrido.

El estreno de la misa en la calle consiguió ayer las mejores críticas entre sacerdotes, cofradías y los vallisoletanos presentes en el Paseo Central de Campo Grande. Más de 3.000 personas presenciaron la solemne eucaristía del Corpus Christi, una iniciativa propuesta hace un año por el propio cardenal arzobispo, Ricardo Blázquez, quien presidió la celebración junto con el obispo auxiliar electo, Luis Argüello, y el deán de la Catedral, José Andrés Cabrerizo. Una misa, por cierto, en la que participaron cerca de 200 sacerdotes, 300 niños de Primera Comunión y 600 hermanos de las distintas asociaciones y cofradías de penitencia y de gloria. A partir de aquí, miles de vallisoletanos sentados y de pie siguiendo también la celebración a través de las pantallas gigantes colocadas en el paseo.

La misa empezó puntualmente, a las 18.00 horas, y fue una continua exhortación del prelado vallisoletano al Año de la Misericordia y al Día de la Caridad, que la Iglesia Católica celebró ayer: «Cristo nos pide en la eucaristía que seamos compasivos y hagamos obras de misericordia, por lo que no podemos olvidarnos de ayudar a las personas con quien Jesús se identifica, los pobres, los inmigrantes, los enfermos, los que tienen hambre, los desamparados...». Y es que Blázquez predicó tras el evangelio de San Lucas la palabra «de la unidad», calificando la Última Cena, la Eucaristía, como «la Gran Cena», que «es sacramento de la unidad de la Iglesia, una Iglesia en la que Dios nos visita y guía nuestros pasos por el camino de la paz».

El Corpus Christi fue un día de familia, como recalcó Blázquez, cuando en su discurso ante los fieles vallisoletanos de todas las edades determinó que «ni se puede separar la mesa del Señor de la mesa de la familia». El cardenal vallisoletano pretendía con esta misa en la calle, como él mismo recordó, «afianzar la solidaridad y que se convierta en un impulso para recorrer el camino abierto como un comienzo nuevo y prometedor», a lo que muchos de los asistentes le animaron después a continuar con iniciativa en los años venideros.

Sin duda, los niños fueron los grandes protagonistas de la jornada en lo que significa uno de sus primeros encuentros con el Cuerpo de Cristo. Más de tres centenares que protagonizaron las anécdotas de la tarde, en especial cuando hubo que echar mano de los paraguas para refugiarse de los chaparrones. Posteriormente integraron la procesión que se celebró desde Recoletos y hasta la Catedral. Un recorrido por donde se instalaron 21 altares por parte de cofradías penitenciales y de gloria de la capital. Se trata de una iniciativa que se puso en marcha por tercer año consecutivo, con mucho éxito y trabajo por parte de los responsables de su montaje y que va mejorándose y aumentándose con el paso de los años.

Sin embargo, este año el paso de la Custodia por cada uno de los altares quedó un tanto deslucida por la consigna de avanzar la procesión rápidamente para evitar la lluvia, lo que también provocó la cancelación del emotivo acto que el propio Ricardo Blázquez venía realizando en la Plaza Mayor ante la Patrona y el Patrón de Valladolid, ‘Nuestra Señora de la Virgen de SanLorenzo’ y ‘San Pedro Regalado’, respectivamente.

Congreso diocesano. Esta convocatoria ha marcado curso pastoral de la Diócesis, junto con otro acontecimiento, el Año de la Misericordia. El objetivo es doble y hace hincapié en que la diócesis profundice en el sentido cristiano del domingo para ser más consciente de lo que significa el Día del Señor e intenta que la celebración de la misa dominical ocupe un lugar central en la vida de los cristianos.